Eva García nos cuenta cómo ha vivido el proceso de la enfermedad hasta conseguir superar el coronavirus
¿Quién soy?
Mi nombre es Eva García y padezco hipertensión arterial pulmonar asociada a otra patología y os voy a contar mi experiencia hasta superar el Coronavirus.
La hipertensión arterial pulmonar es una enfermedad de las denominadas «raras», de baja prevalencia pero con alta mortalidad. Por lo que soy persona de grupo de riesgo para cualquier otra enfermedad como la gripe, etc.
Actualmente aunque estoy jubilada por mí enfermedad, soy la presidenta de la Asociación Nacional de Hipertensión Pulmonar y también soy vocal de la Junta directiva del Foro Español de Pacientes.
Primeros síntomas con COVID19
Mi experiencia, aunque algo aterradora, también es camino del cariño y el amor recibido durante todos estos días vividos desde que la COVID19 entró por puerta desconocida en mi organismo. Así sin más y de repente, a la vez que una altísima fiebre de casi 40 grados experimenté pérdida del sentido del olfato y el gusto, síntomas ahora claros de este virus.
Me dijeron que era un nuevo tipo de gripe, pero no, desgraciadamente conozco bien lo que hace una gripe en mis pulmones.
Llamé al teléfono de Madrid y me dirigí a urgencias el día 9 de marzo donde después de estar más de 6 horas con más de 39 grados de fiebre que no podía mantenerme en pie, después de una analítica y una placa que me dio negativa en neumonía y el famoso test oral que nos hacían. Al no haber estado en contacto directo con nadie que hubiera tenido el virus me dieron de alta con diagnóstico de bronquitis aguda.
Pero sin hacerme la prueba de coronavirus. Desgraciadamente o afortunadamente para mí conozco bien lo que hace una bronquitis aguda en mis pulmones y esto no se parecía en nada. Así que después de saltar ese protocolo y llamar directamente a mi doctora de hipertensiónn pulmonar comunicando mi situación, volví a urgencias ya avisados para que me hicieran la famosa prueba. Y di positivo. Ingreso.
Mi ingreso con COVID19
Quiero relataros el deterioro en el que se encuentran nuestros mejores hospitales gracias a los recortes generados durante años y la falta de recursos. Mi habitación con dos camas, dos sillones que para hacer las camas tienes que apartarlos, y dos mesas camillas que para entrar al lavabo tienes que apartar una, de lo mínimas que son las habitaciones. Además de la rejilla del aire acondicionado de la cual unas grandes manchas negras salían que no quiero ni pensar qué podíamos estar respirando. El baño, un lavabo un bidé y una taza de wc en un espacio tan reducido que parecen de juguete y sin ducha.
¿Te imaginas no poder ducharte en casi 20 días? Solo pasarte como puedas unas esponjas enjabonadas, aunque algo hacen, no quiero contarte cómo se te queda el pelo. Eso sí, una gran tele de pago, la cual a la semana de estar allí nos la pusieron gratis para un mes y menos mal.Tan pequeña habitación y con tantas cosas, imposible su limpieza en los rincones de la misma.
Pese al decaimiento que pueda dar estando en una habitación tan sumamente deprimente te encuentras con la fortaleza, energía y el ánimo de los enfermeros y auxiliares que detrás de sus mascarillas y batas verdes, notabas su gran sonrisa al atenderte, su voz enérgica y palabras de absoluto ánimo. Al igual que la doctora tan cariñosa y alegre en nuestras visitas mañaneras.
La segunda radiografía ya en planta y con medicación Kaletra me dijo: neumonía. Los radiólogos entran con un aparato en nada. Modesto, portátil sin casi haber espacio en la habitación. A la tercera ya tenía la neumonía en los dos pulmones en solo 4 días. Yo tuve la suerte de no entrar en UCI ya que me pillaron a tiempo controlada y medicada. No sé si me hubiera quedado en casa, si hubiese sido lo mismo.
Pasé toda la semana sin fuerzas casi, para levantarme, casi ni para hablar. Intentaba comer y hacía un esfuerzo, pero todo lo echaba así que el antivomitivo, el antibiótico al igual que el paracetamol me lo administraban por vía, mientras que la Kaletra oral.
LA COVID19 se llevó a mi padre durante mi ingreso
Tuve que sufrir una penosa noticia más, la muerte de mi padre a consecuencia de la COVID19. Él solo en el hospital, sin despedirse de nosotros, ni de mi madre, ingresó en urgencias y a los dos días nos notificaron su fallecimiento. Mi madre desconsolada sola en cas, y no hemos podido nadie de la familia darle tan siquiera un abrazo. Nadie pudo acudir a su entierro. No pude permitirme llorar ya que las lágrimas me congestionan aún más. Y doy gracias porque mi madre y mi hermano no tienen síntomas, aunque aún están en cuarentena.
La Kaletra me envenenaba, aunque puede que su trabajo lo hiciese y me cambiaron la medicación por Dolquina, lo cual fue un acierto para mí empecé a levantarme y a los tantos días empecé a sentirme mejor, desapareció la fiebre empecé a comer y volvió el olfato y el sabor de la comida. Tres días después conseguía superar el coronavirus, me daban la noticia del alta a casa, en total 17 días ingresada.
El mejor trato sanitario
El trato y el trabajo de los médicos que se dejan la piel, solo se puede valorar en gran medida cuando lo vives tan cerca. La calidez de nuestros enfermeros, auxiliares. En mi cama vecina se encontraba una mujer de 83 años y al igual con coronavirus como yo, la daban de comer, la limpiaban y cambiaban todos los días varias veces anteponiendo sus cuidados a sus propias vidas. Os puedo asegurar que todo lo que se dice es aún menor de lo que se cuenta ellos dan el 150% de sí mismos.
Y sé muy bien que cuando colgaban la bata se van destrozados a su casa, pero en nuestras habitaciones entraban como si fuesen los más felices del mundo. Nunca sacaré palabras para agradecer los cuidados para con nosotros. Los he visto entrar casi sin protección porque apenas había, aun así, todos los días las mascarillas nuevas eran para nosotros. No quiero dejarme atrás todas las personas que hacen qué un hospital funcione, aunque es imposible nombrarlos, desde cocineros hasta coordinadores incluso conductores, suministradores y muchísimos voluntarios. Nunca hemos vivido nada parecido, de semejante índole, pero la solidaridad de muchas y muchas personas es lo que realmente engrandece al ser humano.
Mis consejos frente a la COVID19
- Sigue las recomendaciones y apoya quién te lo dice, son por el bien de todos incluso de ti mismo, no son para fastidiarte.
- Si tienes que salir hazlo siempre con guantes y mascarilla y alcohol y si te llaman al móvil coge primero y límpiate las manos creo que así lo cogí yo.
- Respeta la distancia.
- Cuidado con las gafas, las manos limpias antes de colocarlas.
- Sé solidario.
- Y lo más importante, defiende nuestra sanidad pública puede alguna vez te salve la vida.