Ana Céspedes, Directora General Mundial de Operaciones en IAVI, nos cuenta su visión general sobre el Coronavirus y el desarrollo de la vacuna para COVID-19 así como un repaso sobre su destacada trayectoria profesional.
SITUACIÓN COVID-19
¿Desde tu posición cual es tu visión del desarrollo de esta pandemia del COVID-19 a nivel mundial?
Ha sido algo realmente inesperado en alcance geográfico, poblacional, intensidad temporal y virulencia clínica. No era posible estar preparado porque nunca hemos vivido una situación similar y era muy difícil de imaginar que algo así pudiera pasar.
Los principales expertos mundiales en enfermedades infecciosas tampoco lo esperaban. En los círculos de salud pública mundiales se hablaba del coronavirus, la situación en China y el posible riesgo de extensión a nivel global desde hacía meses. A mediados de enero, CEPI (Coalition for Epidemic Preparedness Innovations) emitió la primera llamada a compañías para el desarrollo de una vacuna para COVID-19. Los expertos ya empezaban a coincidir que no iba a ser una situación pasajera y que se necesitaría una vacuna. Recuerdo mi conversación poco antes con Mark Feinberg, nuestro presidente. En esas fechas él ya tenía claro que debíamos comenzar a trabajar en nuestro candidato a vacuna, un trabajo que se aceleró cuando el 10 de enero se publicó la secuencia genética del virus.
Ha sido algo realmente inesperado en alcance geográfico, poblacional, intensidad temporal y virulencia clínica.
A mediados de enero, CEPI emitió la primera llamada para el desarrollo de una vacuna para COVID-19.
CEPI* – Coalition for Epidemic Preparedness Innovations
A finales de febrero y cuando ya se conocían las primeras muertes en Italia, desde Estados Unidos todavía costaba pensar que el virus se extendería tan rápido. En IAVI decidimos crear un Comité de Gestión de Crisis de COVID la tercera semana de febrero, fecha en la que comenzamos a cancelar todas nuestras reuniones no esenciales y viajes internacionales. Fuimos de los primeros en hacerlo en USA. Yo tenía programado un viaje personal a España en esas fechas y conseguí volver apenas una semana antes de que se cerraran las fronteras con la zona Schengen. Mirando para atrás, fue un riesgo muy grande el que asumí y recuerdo haber ignorado mi propio pensamiento diciéndome a mi misma que estaba sobreactuando y lo hacía por deformación profesional. La situación se aceleró de manera dramática desde que el 11 de marzo la OMS declarara oficialmente la pandemia, algo que todos estábamos esperando.
¿Crees que se está haciendo una buena gestión a nivel mundial de esta crisis sanitaria?
Lamentablemente, la gestión de esta crisis ha sido muy local. Cada país ha intentado hacerlo lo mejor que podía, pero es un problema demasiado complejo para resolverse a nivel nacional. Requiere una aproximación global y espero que el anuncio de la OMS el pasado 24 de abril lo permita. Es positivo que muchos de los principales países del mundo se hayan unido a apoyar el desarrollo y el acceso a la innovación para COVID. Tan importante es que encontremos soluciones, como que estas estén disponibles a las poblaciones de riesgo, ahí donde se encuentren.
Y de alguna manera, esto ya se está haciendo en el ámbito de la investigación. A pesar de todos los mensajes políticos de competencia entre proyectos, los investigadores están intentando trabajar de manera coordinada, compartiendo información como nunca se había visto antes. Las autoridades regulatorias mundiales están siendo un ejemplo, acelerando en lo posible los proyectos, con tiempos de repuesta muy cortos. Cada día se publican decenas de artículos científicos que permiten conocer mejor la genética del virus, sus mecanismos de actuación, la respuesta inmunitaria de los infectados, los indicadores de evolución de la enfermedad y es abanico de complicaciones medicas que ofrece.
A pesar de todos los mensajes políticos de competencia entre proyectos, los investigadores están intentando trabajar de manera coordinada, compartiendo información como nunca se había visto antes
Investigación vacuna Covid-19
En esta carrera contra el tiempo y la lucha contra este virus, ¿Cuál es la situación de la investigación de esta vacuna?
Actualmente, hay 119 candidatos de vacuna para COVID-19. De ellos, 110 están todavía en fase preclínica, bien en laboratorio o en estudios animales, 8 en fase 1 de investigación y 1 en fase 2, este último en China. Investigadores y compañías farmacéuticas de todo el mundo están utilizando la casi totalidad de plataformas existentes para el desarrollo de vacunas.
En algunos casos, como el de los candidatos que están desarrollando GSK y Sanofi, o el de J&J, o el de la compañía china Cansino, se están utilizando plataformas tecnológicas que ya existen para otras vacunas. Eso facilitará tremendamente el escalado de la producción a escala comercial en caso de obtener resultados positivos.
En otros casos, como el de la biotecnológica Moderna o el de la colaboración entre Pfizer y BioNTech, se trata de plataformas nuevas, es decir, que no se han utilizado con éxito todavía en el desarrollo de vacunas a escala comercial. La ventaja es que son más rápidas, como es el caso del ARN mensajero.
¿Cuál es la probabilidad de éxito de estos candidatos a vacuna para COVID-19?
candidatos de vacuna para la covid-19
%
probabilidad media de éxito de los candidatos a vacunas
La probabilidad media de éxito de los candidatos a vacunas es del 6% y hasta ahora, el desarrollo clínico de vacunas ha requerido una media de casi 11 años. Sin embargo y aunque de manera moderada, soy optimista. Estoy convencida de que a finales de año estaremos en una situación mucho mejor que ahora y alguno de estos candidatos ya habrá mostrado resultados positivos en fases clínicas más avanzadas.
No obstante, eso no quiere decir que el problema vaya a estar resuelto a finales de año ni mucho menos. Al tratarse de un nuevo agente patógeno para el que no existe ningún tipo de inmunidad en la población, hacen falta billones de dosis. Y ninguna compañía puede producirlas en tan poco espacio de tiempo. A pesar de las inversiones millonarias que se están haciendo. La vacunación masiva llevará mucho más tiempo. Entre tanto, esperemos que el desarrollo de terapias avance para facilitar esa transición.
No crees que la salud pública y la medicina preventiva tendrían que tener una mayor atención y por lo tanto prioridad a nivel mundial. ¿Crees que habremos aprendido la lección y habrá un antes y un después en estas áreas?
Ojalá sea así. Una de las cosas que más me sorprendió hace 18 meses cuando comencé a trabajar en IAVI, donde estamos centrados en enfermedades infecciosas, es la falta de recursos. Y unido a esto, la falta de conciencia social sobre el impacto que ciertas enfermedades tienen, todavía hoy en día.
Un ejemplo es la tuberculosis, de la que mueren al año un millón y medio de personas en el mundo, es decir, 4 personas cada minuto. Además, los expertos en salud pública llevan tiempo avisando del crecimiento de tuberculosis totalmente resistente a los tratamientos actuales, lo cual exige el desarrollo de nuevas combinaciones terapéuticas. Y, sin embargo, apenas se destinan recursos a la investigación.
El desarrollo de antibióticos contra superbacterias resistentes es otro de los ejemplos más dramáticos y que se debería abordar con prioridad. Y que requiere de inversión público-privada o se terminara convirtiendo en un problema todavía mayor. La biotecnológica Achaogen Inc. pasó 15 años desarrollando un antibiótico para proteger frente a infecciones por enterobacterias resistentes a carbapenem, una cepa que puede matar hasta la mitad de las personas que ataca. En junio 2018, consiguió la aprobación de su primer medicamento, Zemdri, todo un éxito desde el punto de vista de la salud pública. Pero como negocio, un fracaso. Las ventas de Zemdri en sus primeros seis meses en el mercado fueron menos de $ 1 millón. Achaogen se declaró en quiebra en abril 2019. Este es tan solo un ejemplo. Otras biotecnológicas han sufrido situaciones similares.
Trayectoria Profesional
Ana, una española nacida en la población de Barrax (Albacete) ¿cuál ha sido tu desarrollo profesional para llegar a esta posición de líder mundial en IAVI?
Comencé a estudiar farmacia en la Universidad de Valencia y terminé graduándome con la especialidad de farmacia industrial en la Universidad Complutense de Madrid. Siempre me había atraído la investigación y por eso, extendí mis estudios con un doctorado en las áreas de genética e inmunología en el laboratorio de la catedrática Charo Martín de Santos.
Me encantaba la interdisciplinariedad de la investigación. Pero además de la ciencia, me comenzó a atraer mucho la comunicación y la estrategia, lo cual motivó mi incorporación al equipo de consultoría estratégica en salud que lo que entonces era Arthur Andersen (ahora Accenture) y estudiar un máster en Administración Sanitaria. La generosidad de Ignacio Riesgo, director del equipo, me permitió acceder a relaciones de primer nivel con los grandes responsables de política sanitaria en nuestro país y conocer a fondo la política farmacéutica.
¿Esa fue la llave que te permitió entrar a la industria farmacéutica en España?
Correcto. Primero, a la biotecnológica Serono y después a la alemana Merck. Trabajé durante 10 años con Laura González-Molero, con quien crecí desde gerente de relaciones institucionales, mi primer puesto en comité de dirección, hasta directora corporativa. En esa época ya tenía un gran equipo a mi cargo y seis áreas de responsabilidad, incluyendo legal y compliance, acceso y relaciones institucionales, asuntos regulatorios, la Fundación Merck, calidad y comunicación.
Tras mi PDG en el IESE decidí emprender mi carrera internacional en Boston, Estados Unidos, como vicepresidente senior mundial de Acceso a Mercado, desde 2012 hasta 2017. Esos fueron los años más duros y al mismo tiempo, emocionantes, de mi carrera profesional. Conocer los sistemas sanitarios a nivel mundial y ser capaz de liderar equipos mundiales multiculturales en áreas complejas me abrió las puertas a IAVI en 2018. Desde entonces vivo en New York y dirijo nuestras operaciones, acceso, relaciones institucionales, comunicación, legal, finanzas, recursos humanos y excelencia operativa. Me encanta mi trabajo porque IAVI es una organización muy ambiciosa profesionalmente, pero con unos grandes valores humanos. Es un lujo trabajar en un sitio así.
¿En qué consiste la labor de IAVI?
IAVI es una organización público-privada dedicada al desarrollo de vacunas y anticuerpos monoclonales en enfermedades infecciosas. Con experiencia de casi 25 años trabajando en Sida, Tuberculosis y Fiebres viro-hemorrágicas. Actualmente, IAVI ha extendido su trabajo a COVID-19. La organización tiene 4 laboratorios de investigación básica por todo el mundo y presencia en Estados Unidos, Europa, India y África.
Me siento muy afortunada de poder trabajar en Estados Unidos, en una organización como Merck en su momento y como IAVI ahora. Es realmente apasionante conocer los mercados mundiales y trabajar con equipos que tienen bagajes culturales tan distintos. La innovación se multiplica de manera exponencial. Tuve la suerte de trabajar en Boston durante sus años de explosión en el ámbito biomédico y aprendí mucho. Nueva York me resulta ahora una ciudad aún más inspiradora desde el punto de vista intelectual. A veces siento que es como la prueba piloto de mucho de lo que pasa en el mundo, tanto en el ámbito biomédico, como en temas de gestión, finanzas, comunicación, marketing y talento.
Necesitamos a personas y profesionales como tú en nuestro país, ¿para cuándo tu regreso?
Pero también es un gran sacrificio estar fuera de España. Echo mucho de menos a los que considero mis amigos del sector, los compañeros con los que he crecido profesionalmente. Por ello intento estar todo lo vinculada que puedo a nuestro país y quizás pueda volver en mi siguiente proyecto. O al menos, poder pasar mucho mas tiempo ahí. Creo que el futuro del trabajo internacional es la deslocalización y esta crisis nos lo está demostrando. Todos hemos aprendido a trabajar aún mejor on-line.