Los trabajadores de la empresa farmacéutica, Cinfa, han seguido reuniendo microdonaciones para hacer realidad cinco nuevas iniciativas sociosanitarias, a pesar de las dificultades por el coronavirus
El ‘Teaming’ de Cinfa continúa entregando ayudas a causas que los propios trabajadores de la empresa han propuesto y elegido en la que ya es su novena edición. Pese a las difíciles circunstancias actuales, los ‘teamers’ mantienen activa, mes a mes, esta filosofía de microdonaciones en equipo. De este modo, en febrero los trabajadores escogieron los 17 proyectos sociales con los que colaborarán en los próximos meses y, a día de hoy, ya han podido entregar aportaciones de 3.500 euros a cinco proyectos sociales distintos.
Para Enrique Ordieres, presidente de la compañía, “el ‘Teaming’ en Cinfa está hoy más vivo que nunca, y, como equipo, nos sentimos especialmente orgullosos de aportar nuestra ayuda a entidades que están atravesando grandes dificultades para desarrollar su labor. En estos momentos es cuando más necesario resulta este impulso que podemos aportar y que, en este caso, además, llega directamente a pacientes y colectivos vulnerables”.
De esta forma, se han abordado iniciativas centradas en promover la investigación de enfermedades neurodegenerativas, proporcionar alimento a personas que se encuentran en campos de refugiados o mejorar la calidad de vida de niños con dificultades en el desarrollo o con cardiopatías.
En primer lugar, Enach Asociación ha destinado la ayuda recibida por las personas de Cinfa a su proyecto Braincure, centrado en la investigación de terapias para personas afectadas por las ENACH. Como explica su presidente, Antonio López, padre de dos hijas diagnosticadas con esta patología, “se trata de un grupo de 11 enfermedades neurodegenerativas por acumulación cerebral de hierro, de origen genético y muy raras, que no tienen cura. Afectan especialmente a niños, que van perdiendo progresivamente capacidades como hablar, andar, tragar, escribir…, con la crueldad añadida de que van siendo conscientes de ello y sintiendo dolor físico por el deterioro de su cuerpo, ya que cognitivamente no se ven afectados”.
De igual modo, gracias al ‘Teaming’, se ha podido adquirir e instalar una máquina de hematología en el Centro Médico Sagrados Corazones, un centro de Atención Primaria de salud, ubicado en los barrios marginales de Santo Domingo Oeste, en República Dominicana. Este centro médico, único en la zona, pertenece a la Fundación Concordia, una organización sin ánimo de lucro creada por los Misioneros de los Sagrados Corazones y que lleva a cabo diversos proyectos sociales en favor de poblaciones desfavorecidas de todo el mundo.
Por su parte, el proyecto Zaporeak surgió de “un grupo de amigos de una sociedad gastronómica de San Sebastián que buscaban llevar a cabo una acción social desde lo que más les gusta, que es cocinar”, cuenta Elena Aguayo, técnica de cooperación de esta entidad. Por eso, tras ir creciendo poco a poco en número de voluntarios, en 2016 pasaron de entregar comida a personas desfavorecidas de su ciudad, a instalar una cocina en el campo de refugiados de Moria –en la isla griega de Lesbos-, en el que recalan miles de personas migrantes y refugiadas que han tenido que dejar sus lugares de origen huyendo de la guerra.
Por otra parte, dos de los proyectos con los que ha colaborado el ‘Teaming’ se llevarán a cabo tan pronto como la situación generada por la pandemia lo permita. Por un lado, la Asociación Navarra de Apoyo a la Infancia y la Familia (ANAIF) tenía previsto celebrar este verano un campamento terapéutico para niños de entre 7 y 9 años con trastornos generalizados del desarrollo o con trastornos del espectro autista, entre otros. Como explica Regina Laquidáin, tesorera de la entidad, “se trata de niños con unas características especiales, con problemas en la percepción del mundo social y dificultades en la comunicación, en la conducta y en el neurodesarrollo en general. No son enfermos, sino que sus cerebros funcionan de forma diferente y lo que hacemos en la asociación es enseñarles a educar a sus neuronas para entender lo que pasa a su alrededor”.
Por último, Pequeña Guerrera, otra asociación navarra, esta vez de familias con niños afectados por cardiopatías congénitas, también tendrá que esperar un tiempo para poner en marcha el proyecto elegido por el ‘Teaming’.
Como indica Desireé Lara, fundadora de la asociación, “nuestra idea era celebrar unos talleres formativos para padres sobre reanimación cardiopulmonar y desfibriladores, ya que son necesidades que nuestras familias precisan para poder atender adecuadamente cualquier situación que surja relacionada con la enfermedad de sus hijos”.