A finales de siglo se podría superar el récord de 122 años de vida

mujer cuidadora y señora de edad avanzada

El número de personas que viven más allá de los 100 años lleva décadas aumentando, hasta casi medio millón de personas en todo el mundo.

Sin embargo, hay muchos menos ‘supercentenarios’, personas que viven hasta los 110 años o incluso más. La persona más anciana con vida, la francesa Jeanne Calment, tenía 122 años cuando murió en 1997; actualmente, la persona más anciana del mundo es la japonesa Kane Tanaka, de 118 años.

La esperanza de vida seguirá aumentando

Esta longevidad extrema, según una nueva investigación de la Universidad de Washington (Estados Unidos), probablemente seguirá aumentando lentamente a finales de este siglo, y las estimaciones muestran que es posible una vida de 125 años o incluso de más de 130.

«A la gente le fascinan los extremos de la humanidad, ya sea ir a la Luna, lo rápido que se puede correr en los Juegos Olímpicos o incluso lo mucho que puede vivir alguien. Con este trabajo, cuantificamos la probabilidad que creemos que tiene algún individuo de alcanzar varias edades extremas este siglo», explica el autor principal del trabajo, Michael Pearce, estudiante de doctorado en estadística de la Universidad de Washington.

Este trabajo, publicado esta semana en la revista ‘Demographic Research’, utiliza modelos estadísticos para examinar los extremos de la vida humana. Con las investigaciones sobre el envejecimiento, las perspectivas de futuros descubrimientos médicos y científicos y el número relativamente pequeño de personas que han alcanzado de forma verificable los 110 años o más, los expertos han debatido los posibles límites de la edad máxima al morir.

Mientras que algunos científicos sostienen que las enfermedades y el deterioro celular básico conducen a un límite natural de la vida humana, otros sostienen que no existe un tope, como demuestran los ‘supercentenarios’ que han batido récords.

Este estudio adoptó un enfoque diferente. Los investigadores se preguntaron cuál podría ser la vida humana más larga en cualquier parte del mundo para el año 2100. Utilizando la estadística bayesiana, una herramienta habitual en la estadística moderna, los investigadores estimaron que el récord mundial de 122 años se batirá casi con toda seguridad, con una gran probabilidad de que al menos una persona viva entre 125 y 132 años.

Que una persona viva más tiempo sigue siendo alta, hasta los 124 años (99% de probabilidad) e incluso hasta los 127 años (68% de probabilidad). Según sus cálculos, una vida aún más larga es posible pero mucho menos probable, con un 13% de probabilidad de que alguien viva hasta los 130 años. Mientras tanto, resulta «extremadamente improbable» que alguien viva hasta los 135 años en este siglo.

Para calcular la probabilidad de vivir más allá de los 110 años, los investigadores recurrieron a la más reciente iteración de la Base de Datos Internacional sobre Longevidad, creada por el Instituto Max Planck de Investigación Demográfica. Esta base de datos hace un seguimiento de los supercentenarios de 10 países europeos, además de Canadá, Japón y Estados Unidos.

Utilizando un enfoque bayesiano para estimar la probabilidad, el equipo creó proyecciones para la edad máxima de muerte en 13 países desde 2020 hasta 2100. Entre sus conclusiones, los investigadores calcularon una probabilidad cercana al cien por cien de que se supere el actual récord de edad máxima al morir, que es de 122 años y 164 días, de Calment.

Asimismo, concluyeron que la probabilidad de que una persona viva más tiempo sigue siendo alta, hasta los 124 años (99% de probabilidad) e incluso hasta los 127 años (68% de probabilidad). Según sus cálculos, una vida aún más larga es posible pero mucho menos probable, con un 13 por ciento de probabilidad de que alguien viva hasta los 130 años. Mientras tanto, resulta «extremadamente improbable» que alguien viva hasta los 135 años en este siglo.

«Tal y como están las cosas, los ‘supercentenarios’ son atípicos, y la probabilidad de batir el récord de edad actual splo aumenta si el número de supercentenarios crece significativamente. Con una población mundial en continuo crecimiento, eso no es imposible», justifican los investigadores.

Las personas que alcanzan una longevidad extrema siguen siendo lo suficientemente raras como para representar a una población selecta. Incluso con el crecimiento de la población y los avances en la atención sanitaria, se produce un aplanamiento de la tasa de mortalidad a partir de cierta edad. «En otras palabras, alguien que vive hasta los 110 años tiene más o menos la misma probabilidad de vivir un año más que, por ejemplo, alguien que vive hasta los 114, que es aproximadamente la mitad», detallan.

«No importa la edad que tengan, una vez que llegan a los 110 años, siguen muriendo al mismo ritmo. Han superado todas las cosas que la vida les lanza, como las enfermedades. Mueren por razones que son en cierto modo independientes de lo que afecta a los más jóvenes. Se trata de un grupo muy selecto de personas muy robustas», concluyen.