Investigadores españoles lideran ‘ERA4TB’, uno de los mayores proyectos científicos en tuberculosis, que busca acelerar el desarrollo de una nueva generación de antibióticos contra todos los tipos de esta enfermedad, pero especialmente en las formas resistentes a los fármacos ya existentes. El proyecto está coordinado por la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M), dirigido por la compañía GSK España y bajo la dirección científica del Instituto Pasteur de Francia.
El ERA4TB ‘European Regimen Accelerator for Tuberculosis’ cuenta con 31 socios públicos y privados y cinco colaboradores a nivel mundial, está coordinado por la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M), dirigido por la compañía GSK España y con la dirección científica del Instituto Pasteur de Francia. Con un presupuesto de más de 200 millones de euros, de los que una cuarta parte se vehiculará desde Madrid, ‘ERA4TB’ está financiado por el Programa Marco de Investigación e Innovación de la Unión Europea (UE), Horizonte 2020, así como por la industria farmacéutica europea a través de la Federación Europea de Industrias y Asociaciones Farmacéuticas (EFPIA).
En una entrevista con Europa Press, los principales responsables del proyecto, que durará seis años, explican cuál es su importancia para la ciencia de nuestro país. «En España nos tendríamos que sentir súper orgullosos de que este gran proyecto esté liderado en la parte académica por instituciones españolas públicas, y de que la parte farmacéutica también esté en España. Si el proyecto es exitoso, va a contribuir en abrirnos y en convertirnos en un foco de atención para desarrollar eventualmente este mismo tipo de proyecto en otras enfermedades», asegura el líder del proyecto, David Barros, vicepresidente de Global Health R&D de GSK y jefe de investigación de la rama de tuberculosis.
El coordinador del consorcio, Juan José Vaquero, del Departamento de Bioingeniería e Ingeniería Aeroespacial de la UC3M, cree que el impacto del proyecto será «notable». «Uno de los objetivos es que este consorcio perdure en el tiempo. Esperamos que después de los seis años el impacto sea notable: primero, porque hayamos constituido un polo de atracción en investigación y desarrollo de fármacos para tuberculosis en Madrid. Y segundo, que tengamos una infraestructura que sea única en algunos aspectos y atractiva para atraer ensayos a España», argumenta.
Barros añade que «no existe nada igual» como esta iniciativa. «En ningún sitio hay un proyecto de colaboración en el área de tuberculosis como este, donde hay una molécula prometedora y la convirtamos en algo listo para ensayos en pacientes. No hay nada igual en todo el mundo en cuanto a los seis años de duración, el montante económico y los recursos a nuestra disposición», insiste.
David Barros, vicepresidente de Global Health R&D de GSK: «En España nos tendríamos que sentir súper orgullosos de que este gran proyecto esté liderado en la parte académica por instituciones españolas públicas, y de que la parte farmacéutica también esté en España»,
millones de € de presupuesto
Necesidad de nuevos antibióticos
La tuberculosis, causada por la bacteria ‘Mycobacterium tuberculosis’, es la principal causa de muerte por enfermedad infecciosa en el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 10 millones de personas enfermaron de tuberculosis en 2018 y 1,6 millones murieron. Aunque su incidencia está disminuyendo, la variedad de la infección resistente constituye una amenaza para la salud pública. Su tratamiento consiste en combinar tres o cuatro antibióticos, todos ellos desarrollados hace más de 60 años. La duración mínima del tratamiento es de seis meses, aunque si la infección es del tipo resistente, puede alargarse hasta los dos años.
«El aumento de las resistencias en un problema a nivel mundial. El uso de antibióticos en los últimos años no ha ido parejo con el desarrollo de nuevas moléculas, con lo cual se está convirtiendo en un problema porque, con estos microorganismos resistentes, cada vez es más complicado el tratamiento con los antibióticos actuales. No se desarrollan de una manera rápida nuevas moléculas que puedan atajar estas infecciones multirresistentes», comenta Alberto Borobia, especialista en Farmacología Clínica del Hospital La Paz de Madrid.
En este sentido, otro de los investigadores, José Antonio Ainsa, del Departamento de Microbiología, Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Zaragoza, recuerda que «muchos de los antibióticos ya disponibles no siempre funcionan con la tuberculosis». «Los fármacos que tenemos son menos que para otras enfermedades infecciosas. Y, además, el tratamiento consiste en una combinación de dos o cuatro fármacos, por lo que si la bacteria se vuelve resistente nos quedamos sin antibióticos para hacerle frente», expone.