La psoriasis es una enfermedad de la piel que afecta a un número creciente de personas.
Se caracteriza por la aparición de placas en las zonas de extensión de las extremidades, codos, rodillas, zona media del cuerpo fundamentalmente. A esta sintomatología característica de la psoriasis se une el prurito o picor, la descamación, el enrojecimiento y la sensación de sequedad cutánea.
Aunque también pueden estar afectadas otras áreas como el cuero cabelludo, los genitales, etc… pudiendo extenderse a otras partes del organismo dependiendo del grado de afectación.
Todo este cortejo sintomático y de signos hace que el paciente sienta además una desazón estética, puesto que al ser zonas expuestas a la luz, su visibilidad hace que el individuo pueda verse afectado psicológicamente generando introversión, preocupación por su aspecto, ideación obsesiva con su problema que le lleva a probar todo tipo de tratamientos que se le ofrecen por una u otra vía, visitar especialistas, etc… sin duda que la consecuencia al final de esta preocupación obsesiva en algunos casos es la intranquilidad, la ansiedad y en ocasiones con un cortejo sintomático asociado a la psoriasis evidente.
Causas de la psoriasis
La causa de la psoriasis parece ser autoinmune aunque desde luego exista un factor genético predisponente de tal forma que aquellas personas afectadas con familiares que sufren su mismo problema tengan una probabilidad más elevada de desarrollar la enfermedad.
Además existen factores que pueden favorecer su aparición como son los microtraumatismos repetidos (Fenómeno isomórfico de Koebner) en una zona determinada de la piel, infecciones, factores psicológicos, metabólicos y endocrinos, y por último, los factores climatológicos que afectan directamente a su evolución, de todos es sabido que el sol mejora las lesiones y por contra su ausencia y por lo tanto determinadas estaciones del año favorecen su aparición.
No existe relación entre psoriasis y cáncer de piel, es decir, no maligniza
El diagnóstico es fundamentalmente clínico con la observación directa de las lesiones, de las placas y costras que aparecen en la piel (a veces puede haber pústulas), junto al enrojecimiento debido a la inflamación y el prurito o picor, así como su aparición en las citadas zonas características de la piel.
La psoriasis puede conllevar fenómenos autoinmunes asociados como es el caso de la artritis psoriásica, un proceso relacionado con la artritis reumatoide, con una afectación inflamatoria articular así como afectaciones inflamatorias en otras partes del organismo. En ocasiones excepcionales esta artropatía puede llegar a ser intensa y grave provocando complicaciones articulares notables.
Tratamiento de la psoriasis
En cuanto al tratamiento, este es complejo y suele estar basado en el uso de corticoesteroides tópicos, cremas o ungüentos a base de alquitrán de hulla o antralina, humectantes tópicos y medicamentos también de uso tópico que faciliten la descamación a base de ácido salicílico o ácido láctico.
También se suelen utilizar los retinoides derivados de la vitamina A y por último en casos más avanzados y generalizados inmunomoduladores que inhiban la respuesta inmunológica del organismo. Por último también se utiliza la fototerapia que al igual que en los casos anteriores ha de ser prescrita y evaluada junto al resto del tratamiento por un especialista.
Para finalizar algunos consejos desarrollados por expertos para atenuar la psoriasis:
-Baño o ducha diaria con el agua a poca presión para no irritar la piel lo que podría desencadenar un brote de psoriasis.
-Los baños con harina de avena pueden tener un efecto calmante contra la psoriasis y ayudar a desprenderse las escamas (mezclar una taza en la bañera con agua caliente).
-Mantener la piel limpia y húmeda y evitar los desencadenantes.
-La luz solar puede ayudar a que los síntomas desaparezcan (ojo con la sobreexposición y las quemaduras solares que podrían producirse).
-Relajación y técnicas antiestrés aunque su relación con la psoriasis no está perfectamente demostrada.
-Reducir las bebidas alcohólicas puede ser una medida que contribuya a evitar que la psoriasis empeore.
Se estima que entre un 1 y un 3% de la población sufre de psoriasis y si bien puede aparecer a cualquier edad, suele hacerlo entre los 15 y los 35 años, con un pico máximo de incidencia en la segunda década. Afecta por igual a ambos sexos, aunque es más precoz en mujeres con antecedentes familiares.
El aspecto social de la Psoriasis
Las personas que padecen psoriasis tienen una enfermedad autoinmune que como tal no es contagiosa, sin embargo los estudios señalan que la psoriasis afecta de manera importante a la autoestima y a la vida social de las personas que la padecen, que tratan de ocultar su cuerpo y sufren en muchas ocasiones de ansiedad e incluso depresión.
De hechos varios estudios apuntan la relación entre la psoriasis y la depresión y existen datos que señalan que un 2% de las personas con psoriasis llegan en algún momento a tener ideas suicidas. De ahí que la divulgación a la sociedad de esta enfermedad sea importante para que las personas con psoriasis no se sientan estigmatizados.