Consejos para los pacientes anticoagulados

El 80% de los accidentes cardiovasculares son prevenibles, según explica la OMS. Aún quedan días de calor, especialmente en algunas zonas de nuestro país, y los pacientes anticoagulados tienen que tener más cuidado con sus rutinas para que las altas temperaturas no les pasen factura.

 

Algunos consejos que nos aporta Boehringer Ingelheim tratan de informar a los pacientes anticoagulados sobre cómo sobrellevar las temperaturas calurosas que aún quedan en este verano. La primera norma a tener en cuenta un paciente anticoagulado, si tiene previsto viajar, es consultar con su médico para determinar si alguno de los planes del viaje puede interferir con su medicación habitual.  Cuando se realizan vacaciones en el extranjero, es aconsejable informarse previamente sobre la situación legal y sanitaria del país de destino. Asimismo, los profesionales sanitarios recomiendan la preparación previa del número de dosis de medicamento anticoagulante que se van a precisar durante todas las vacaciones.

Las altas temperaturas son un factor importante, dado que afectan directamente a las personas con enfermedades cardiovasculares. Como apunta el Dr. Zamorano, Jefe del Servicio Cardiología del Hospital Ramón y Cajal “las temperaturas extremas pueden provocar una descompensación cardíaca. En el caso de personas que padecen hipertensión o fibrilación auricular, el riesgo es aún mayor.” Para prevenir una situación de este tipo, es conveniente evitar una larga exposición a condiciones extremas de calor y humedad, en especial aquellas personas que padecen insuficiencia cardiaca.

El déficit de vitamina D está directamente relacionado con la aparición de diabetes, hipertensión, infartos o ictus. Diez minutos diarios de exposición solar en las horas menos calurosas del día son suficientes para metabolizar de manera óptima la vitamina D.

shutterstock 104923145 300x200 - Consejos para los pacientes anticoaguladosOtro elemento determinante es la hidratación, fundamental en verano debido a que se trata de la época del año en la que se pierden más líquidos. Se recomienda que el paciente anticoagulado consuma entre dos y dos litros y medio de agua embotellada.

La alimentación es siempre fundamental. Para el paciente anticoagulado se aconseja evitar los excesos o las dietas centradas en un mismo tipo de alimento, en especial aquellos ricos en vitamina K, como el brócoli o la col, porque reducen los efectos de los anticoagulantes antivitamina K (AVKs). Además, se debe reducir el consumo de grasas saturadas, bebidas alcohólicas, café, sal y eliminar totalmente el tabaco.

Otro punto importante es mantenerse siempre activo, tanto la mente como el cuerpo. Caminar es un ejercicio perfecto, hacerlo por terrenos suaves y a la hora en la que la temperatura sea más baja.