Ante un pensamiento negativo ocúpate, no te preocupes

Nuestro cerebro no es un músculo, es un órgano, pero como cualquier parte de nuestro organismo necesita también y especialmente descansar, relajarse de alguna forma. Pero esto que parece sencillo no deja de ser en la práctica algo muy complejo, casi una quimera, o al menos en muchas ocasiones un objetivo muy difícil de abordar y menos de conseguir.

Cómo conseguir que nuestra mente se quede en blanco, sin pensar, sin pensamiento alguno, tratando de producir un “reset” que nos conduzca a una situación en la que podamos dejar atrás preocupaciones, agobios, estrés, nerviosismo e intranquilidad, temores, miedos, pensamientos negativos que nos atenazan a veces y que hacen que nuestra vida en algunos momentos se transforme en una pesadilla.

Muchas son las técnicas que nos invitan a conseguirlo y sin duda que en algunos casos tienen un efecto muy positivo y beneficioso, técnicas de relajación, de meditación, de eliminación del estrés, de supresión del fenómeno de la ansiedad y su cortejo sintomático acompañante, formas para tratar la depresión reactiva que en ocasiones acompaña a este entorno clínico en el que la preocupación atenazando a nuestro pensamiento es el elemento determinante.

Llegados a este punto en el que parece que todo nos agobia, que todo se confabula contra nosotros, que todo lo que nos rodea es aparentemente negativo, en definitiva que cualquier circunstancia se transforma al llegar a nosotros en un elemento sumatorio a nuestro estado anímico negativo, vamos a tratar de dar algunos sencillos consejos que puedan ayudarnos.

  • Aprender a relajarnos y tratar de entender los motivos que consolidan la preocupación, procurando ser realistas y no incluyendo en nuestro pensamiento matices de negatividad que compliquen el cuadro.
  • Con la llegada de la preocupación y sus consecuencias es necesario que nos comprometamos personalmente a solucionar los motivos que le dieron origen. Para ello nada mejor que acudir a un viejo aforismo, “si algo tiene solución no es un problema, si algo no la tiene tampoco y si tiene solución lo mejor es abordarlo”.
  • Llegados a este punto es muy importante que tratemos de afrontar nuestras preocupaciones, cambiar nuestro pensamiento y nuestra forma de pensar. El pensamiento en relación al problema puntual que nos acongoja y la forma de pensar en el sentido del modo con el que afrontamos nuestra vida en general. Hemos de procurar pensar más en el presente, en el hoy y no tanto en el mañana. Los miedos nacen de las experiencias pasadas pero se consolidan y proyectan al futuro, por ello es fundamental que tratemos de poner en el presente la razón de ser de nuestra existencia. “Si no somos dueños ni de siquiera de un segundo de nuestra vida porque no sabemos cuándo ni cómo será su final, cómo vamos a poder tratar de modular el futuro con ciertas garantías de éxito”.
  • Es muy importante aceptar la incertidumbre, ser conscientes y tener en cuenta que la vida es imprevisible y que podemos tratar de modularla con nuestras capacidades y aptitudes, pero es imposible hacerla siempre previsible y mucho menos eliminar esa característica que es consustancial a su propia naturaleza.
  • Un elemento importante es que seamos capaces de administrar nuestro tiempo, no siendo obsesivos con nuestro trabajo y tratando de procurar por un equilibrio real entre la vida personal y profesional que ayude a que nuestra mente encuentre las satisfacciones necesarias. El tiempo pasado con nuestros seres queridos, familiares, amigos, compañeros son elementos que acelerarán sin duda nuestra recuperación.
  • Hay que procurar ser asertivos, diciendo sí a lo que tengamos y queramos decir que sí y decir no a lo que entendamos y queramos decir que no independientemente de que la propuesta provenga de dónde y de quién provenga. Hemos de procurar ser nosotros mismos y no tratar de agradar a todo el mundo, este es un reto que nadie ha conseguido, siempre habrá personas a los que les caeremos mejor que a otras y eso no solo es consustancial con la propia vida, sino que además la hace ser como es, imprevisible.
  • Incluir actitudes saludables en nuestra vida, hacer bueno aquello de “mens sana in corpore sano”, es decir encontrarse a gusto con uno mismo y sin duda que la parte física ayuda sobremanera a la componente psíquica que todos los seres humanos tenemos. Como decimos desde Knowi, una dieta saludable y la práctica de ejercicio de una forma habitual son fundamentales para mantener un equilibrio personal necesario para afrontar el día a día que a todos nos espera y que nunca nos tiene que desesperar. Es bueno aprender a cuidarnos nosotros mismos, al fin y al cabo nosotros somos sin duda nuestros mejores amigos.
  • Por último, cuestionar los pensamientos negativos es muy importante. La manera de hacer frente a estos “fantasmas” que nublan nuestra mente es tratar de dar la cara ante ellos. ¿Cómo podemos hacerlo?, sin duda que cuestionándolos. Un buen ejercicio es dar respuesta a una pregunta tan sencilla como ¿Qué le diría yo a un amigo que se estuviera preocupando por una situación similar a la que estoy pasando yo?.

Esperamos que estas sencillas aportaciones que surgen de la experiencia de especialistas en esta compleja materia contribuyan a que nuestra vida mejore, especialmente en esta época tan exigente y competitiva que nos ha tocado vivir. La búsqueda de la felicidad propia y procurar por la de los que nos rodean debería ser el único objetivo de nuestra existencia y para ello nada mejor que empezar ahora mismo a tratar de serlo.