SEMG asegura que los rprofesionales tendrán que abandonar otras funciones propias para realizar esta labor
La Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) advierte de que el sistema sanitaria actual, especialmente la Atención Primaria (AP), no dispone de personal sanitario suficiente para hacer frente a una campaña de vacunación masiva prevista para los próximos días. Si se realiza con la plantilla actual, será a costa de un incremento de trabajo o el abandono de funciones propias, que tendrían que sacrificarse para poder realizarlo con dignidad.
Pero estas necesidades y carencias se harán más o menos visibles, dependiendo de la logística que se prevea para la vacunación y del tiempo del que se disponga para poder hacerla. Hay que tener en cuenta que no solo se realizará en lugares específicos, es necesario, además, vacunar en los domicilios de los pacientes frágiles que no se pueden desplazar. En cuanto a la vacunación en ubicaciones distintas de los centros de salud, recordamos que es necesario adecuar los espacios para que cumplan estrictamente las medidas de seguridad en la atención, y dotarlos de personal y material para atender posibles casos de reacciones a la administración de las vacunas.
Desde el punto de vista de esfuerzo, formación, disposición a realizar el trabajo, podemos decir con seguridad que el sistema sanitario español está preparado. Ningún sistema de salud, de las características del nuestro, dispone de una red de Atención Primaria tan desarrollada como la que disponemos en España y con profesionales médicos y de enfermería preparados para campañas masivas de vacunación, ya sean de población infantil, así como en campañas masivas de vacunación de adultos como es la de la gripe estacional.
Pero si hablamos de que si la dotación de personal es suficiente para realizar esa vacunación masiva, diríamos que no debido al deterioro progresivo al que se ha visto sometida la Atención Primaria en este país, en todas las comunidades autónomas, con pérdidas de plazas desde hace años, sin inversión en recursos humanos, sumados al desgaste que esta pandemia ha producido (como las bajas del personal sanitario, acumulación de jornadas de mañana y tarde, escasa o nula de cobertura de sustituciones y bajas, incremento de trabajo consecuencia de diagnóstico, seguimiento y alta de pacientes afectados por SARS-CoV-2, pruebas diagnósticas realizadas en los centros de salud, rastreo, etc.). En este sentido, tendríamos que decir que el primer nivel asistencial no está preparado, pero que, a pesar de ello, sabemos que realizará, una vez más, el máximo esfuerzo para contribuir a la lucha contra esta enfermedad.
La Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) se ha caracterizado desde el primer momento de la pandemia por un ofrecimiento continuo de colaboración a la Administración sanitaria, aportando propuestas constructivas e iniciativas concretas, pero sin dejar de reivindicar lo que en justicia le corresponde para devolver a la Atención Primaria al lugar que le corresponde por su importancia dentro del sistema sanitario. En concreto, para este momento reclamamos:
- Apoyo institucional que ponga en valor el trabajo que realizamos.
- Dignidad en las condiciones para ejercerlo, tanto en seguridad como en medios, formación y respeto al ejercicio de nuestro trabajo y el de los residentes que con nosotros se forman.
- Si, tal como se justifican las Autoridades sanitarias, no hay personal médico para reforzar este nivel de atención, solicitamos la descarga y reducción de trabajo burocrático que de forma excesiva nos invade, que nada aporta al proceso clínico, y bien podría realizarse por otro tipo de personal. Esto nos permitiría dedicar todo nuestro tiempo a labores clínicas, asistenciales, preventivas, formativas y de investigación, verdadero objetivo de nuestro trabajo.
- Una adecuada política común frente a la COVID-19 coordinada desde el Ministerio, al que se le pide que recupere el papel que le corresponde y que desde hace unos meses ha delegado en las CCAA, que ha provocado que tengamos 17 diferentes criterios de acción sanitaria frente a la COVID-19, rompiendo el principio de equidad y convirtiendo la sanidad en política y abandonando la política sanitaria común.
- Reclamar, por último, el máximo esfuerzo ejercido con la responsabilidad que la sociedad ha depositado en las autoridades para que, en el menor tiempo posible, se consiga una vacunación masiva y una reducción de las dramáticas consecuencias que esta enfermedad nos ha producido.
- En definitiva, la disposición de vacunas suficientes para poder realizar la vacunación masiva, así como de los medios humanos y materiales para administrarlas, deben ser la prioridad máxima a nivel de Estado (Gobierno central y de CCAA), ya que, con este esfuerzo, se recuperará la salud de la población y, paralelamente, toda la economía. Disponiendo de un arma efectiva para reducir el impacto de esta enfermedad, la sociedad no entendería el que no se realice este esfuerzo.