Según datos recogidos por FECMA a través de encuestas a más de 400 pacientes
La emergencia generada por la pandemia de la COVID-19 trajo consigo una necesaria adaptación de la asistencia que ha impactado en el seguimiento del cáncer de mama, concretamente a la mitad de las mujeres con cáncer de mama que tenían programado un tratamiento quirúrgico se lo han retrasado por la covid, según una encuesta realizada por la Federación Española de Cáncer de Mama (FECMA).
La encuesta, realizada en noviembre a más de 400 mujeres con cáncer de mama en tratamiento o revisión y presentada en el webinar ‘Realidades, necesidades y seguimiento de largos supervivientes de cáncer de mama’, muestra que en lo que se refiere a la atención recibida durante la pandemia, un 65% afirma que fue adecuada. No obstante, más de un 50% reclama habilitar circuitos independientes para pacientes oncológicos y más de un 25% contar con pautas de adaptación a los cambios emocionales y al manejo de las inseguridades en situaciones como la vivida.
Las pacientes también destacan otras áreas de mejoras como una mayor previsión, mantener las citas pendientes y más información sobre la reanudación de citas y revisiones. La encuesta muestra otros datos de interés como que a un 24% de las mujeres encuestadas con cita programada le han cancelado alguna de ellas y a un 39% se la han retrasado.
Los resultados corroboran que la opción de hacer una revisión telefónica se ha ofrecido al 60% de las mujeres a las que les han cancelado la cita aunque la mayoría de las que han realizado un seguimiento vía telefónica aseguran haber encontrado «falta de cercanía y una atención insuficiente a su caso». Asimismo, se mencionan otras dificultades como el cambio de oncólogo, la imposibilidad de revisión o un retraso de hasta cinco meses para la cita.
Cuando las consultas no han sido canceladas, la gran mayoría de los casos las mujeres han acudido a su cita (76,5%). Sin embargo, una de cada 3 ha manifestado que ha acudido con miedo principalmente al contagio y un 8% ha expresado que su mayor miedo ha sido no poder acudir acompañada.
Durante la reunión el doctor Josep M Borrás, coordinador científico de la Estrategia en Cáncer del Sistema Nacional de Salud, ha asegurado que a pesar de todo lo que se ha avanzado en cáncer de mama y en la atención a las largas supervivientes, queda un largo camino por recorrer, ya que la pandemia nos ha mostrado que el sistema sanitario presentaba una fragilidad significativa en relación al reto que plantean situaciones como la pandemia; por ello, es necesario reconstruir lo que ha dejado de funcionar y hacer un esfuerzo por incrementar los recursos dentro del sistema sanitario.
«El éxito del alto porcentaje de supervivencia al cáncer de mama es a la par un reto para el sistema y para la propia atención oncológica, ya que en ocasiones hay secuelas, hay impacto en la calidad de vida, hay miedo a veces, hay un ámbito emocional que tiene que ser atendido; en definitiva, hay necesidades que surgen tras el período de tratamiento activo que han de ser tenidas en cuenta», ha explicado Ana Valderas, representante de FECMA.
Asimismo, durante el encuentro organizado por FECMA con el apoyo institucional de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y la colaboración de Pfizer, la doctora Társila Ferro, directora de Innovación y Calidad del Instituto Catalán de Oncología, ha explicado que la calidad de vida cobra mucha importancia en las mujeres que han superado la enfermedad. Y, en este sentido, es clave que las pacientes cuenten con toda la información para poder afrontar la etapa en la que se encuentran y lograr o mantener todo el potencial de salud posible.