La Asociación Española contra la Meningitis (AEM) se suma a la celebración del Día Internacional del Implante Coclear. La presidenta de la AEM, que sufrió hipoacusia a raíz de la enfermedad, pide a las administraciones “un esfuerzo” para comprender las necesidades de este colectivo
.
La Asociación Española contra la Meningitis (AEM) se ha sumado a la celebración del Día Internacional del Implante Coclear, que se celebra este martes 25 de febrero, reivindicando que las administraciones haygan «un esfuerzo» para comprender las necesidades del colectivo y facilitar el acceso a estos implantes.
Se calcula que entre un 10 y un 30 por ciento de las personas que han sufrido meningitis arrastran secuelas de la enfermedad. En algunos casos, se trata de secuelas graves, como amputaciones, lesiones medulares y discapacidad auditiva. Esta última es una de las más frecuentes y las que más afectan al desarrollo posterior de los afectados.
«La sordera es una discapacidad invisible, sobre todo para los sordos oralistas, los que no nos comunicamos con el lenguaje de signos. Te cansas mucho porque cualquier situación en la que necesites oído te exige un esfuerzo adicional. Nuestra discapacidad es invisible para la sociedad, pero muy dura para quien la sufre. Al contrario de lo que ocurre con otras discapacidades, falta mucha información sobre nuestras necesidades y cómo romper nuestras barreras», explica la presidenta de la AEM, Cristina Regojo.
En este sentido, la asociación reclama un mayor compromiso de las autoridades para asegurar el acceso a la tecnología a todos los que la necesiten. «Pedimos a las administraciones que hagan un esfuerzo para comprender las necesidades de este colectivo cada vez más numeroso y valoren adecuadamente lo coste-efectivo que es colocar de forma temprana a un bebé sordo el implante coclear para que pueda desarrollarse con normalidad, lo mismo a los adultos para su desarrollo laboral y a nuestros mayores para que mejoren su salud y calidad de vida», señala Regojo.
Por otra parte, ha lamentado la situación de las listas de espera para ponerse este implante. Según ha denunciado, en algunas comunidades autónomas «no se destina la partida económica necesaria y hay gente que lleva dos años esperando». «Queda mucho por hacer para la inserción laboral plena y hay que contar con las ayudas necesarias para que, por ejemplo, cualquier niño o adulto sordo disponga de la tecnología que necesita», concluye.