Los deportistas pueden tener más del doble de riesgo de sufrir un ritmo cardíaco irregular

Vista lateral de un atleta afroamericano desnudo haciendo una prueba de fitness con una máscara conectada a un monitor con una línea cardíaca en la pantalla mientras monta una bicicleta estática dentro de una habitación en un deporte

Los atletas parecen tener casi dos veces y media más riesgo que los no atletas de sufrir ritmos cardíacos irregulares (fibrilación auricular), sugiere una nueva investigación publicada en el ‘British Journal of Sports Medicine’. Además, Los atletas más jóvenes corren más riesgo de sufrir fibrilación auricular que los de más edad.

Según esta investigación de científicos británicos, los atletas que practican deportes mixtos, como el fútbol, el rugby o el baloncesto, parecen tener el mayor riesgo en comparación con los que practican deportes de resistencia, como el esquí nórdico o el remo.

Estudios anteriores han demostrado que la actividad física puede mejorar la salud cardiovascular y está asociada a la reducción de enfermedades y muertes, pero han sugerido que existe un umbral a partir del cual la exposición a niveles crecientes de ejercicio está relacionada con problemas cardíacos, incluida la fibrilación auricular, una afección que puede aumentar el riesgo de ictus, insuficiencia cardíaca y otros problemas relacionados con el corazón.

Investigadores británicos dirigidos por la Universidad Canterbury Christ Church de Canterbury se propusieron revisar los estudios existentes sobre el tema y explorar qué impacto tenía el tipo de deporte en el que participaban los atletas sobre su riesgo de fibrilación auricular para llegar a una imagen más concluyente de la prevalencia general entre los atletas.

Revisaron y analizaron 13 estudios adecuados que se publicaron entre 1990 y diciembre de 2020 y que habían analizado a atletas que practicaban deportes como el ciclismo, la carrera, la natación, el esquí nórdico, la orientación, el remo, el fútbol, el rugby y el baloncesto.

Los 13 estudios incluían datos de 70.478 participantes, en conjunto, que incluían 63.662 controles y 6.816 atletas. Descubrieron que el riesgo de fibrilación auricular era 2,46 veces mayor entre los deportistas que entre los no deportistas.

Cuando dividieron los estudios en aquellos que incluían participantes con y sin factores de riesgo de enfermedad cardiovascular (como la diabetes de tipo 2 y la hipertensión arterial), descubrieron que no había diferencias significativas en el riesgo relativo de fibrilación auricular en atletas y no atletas con estos factores de riesgo.

Sin embargo, en los atletas y no atletas sin factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, los atletas tenían un riesgo relativo significativamente mayor (3,7 veces mayor) de fibrilación auricular que los no atletas.

Además, los atletas más jóvenes (menores de 55 años) tenían un riesgo mucho mayor (3,6 veces) de sufrir fibrilación auricular que los atletas de más edad (mayores de 55 años), que tenían un 76% más de probabilidades de padecer la enfermedad que los no atletas.

El análisis también demostró que los atletas que practicaban deportes mixtos en lugar de deportes de resistencia tenían un mayor riesgo de fibrilación auricular.

Su estudio tenía algunas limitaciones, como el hecho de que analizaba investigaciones con diferentes enfoques, como el diseño de casos y cohortes, y que había pocos datos sobre atletas femeninas, lo que dificultaba el análisis del riesgo relativo de fibrilación auricular según el sexo. No obstante, los investigadores concluyen que «los atletas tienen una probabilidad significativamente mayor de desarrollar fibrilación auricular en comparación con los controles que no son atletas».

«Los atletas de menor edad tienen un mayor riesgo relativo de fibrilación auricular en comparación con los atletas de mayor edad –subrayan–, sin embargo, los parámetros de la dosis de ejercicio, incluidos los antecedentes de entrenamiento y competición, así como las posibles diferencias de género para el riesgo de fibrilación auricular requieren una investigación futura».