Guía para centros escolares sobre enfermedades crónicas infantiles

Tras las vacaciones llega de nuevo la rutina para todos y los más pequeños se enfrentan a la vuelta al cole. Si para todos los niños es un momento muy especial, lleno de retos y novedades, para los pequeños con enfermedades crónicas infantiles y sus familias, estos días de septiembre son aún más especiales.

La escuela no sólo es el lugar perfecto para fomentar hábitos de salud sino el sitio en el que los niños van a pasar muchas horas y este entorno también debe estar preparado para atender sus necesidades. La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) proporciona a los padres y a la comunidad escolar una gran cantidad de material educativo, como la Guía AEPap para Centros Docentes, pensada para ofrecer toda la información sobre el cuidado de los niños con enfermedades crónicas infantiles, como el asma o la diabetes, en la escuela.

Está Guía es un instrumento útil para profesores y docentes porque, aunque la mayoría de los niños en edad escolar gozan de buena salud, no es infrecuente que los pequeños presenten algunas patologías en el aula, tanto agudas como crónicas. Su objetivo es proporcionar a los profesores y otros profesionales que trabajan en los centros escolares de Educación Primaria y Secundaria, y en las escuelas infantiles, los conocimientos y habilidades necesarios para abordar estas situaciones, en ocasiones urgentes, que pueden afectar a la calidad de vida de la población infantil.

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Además, el colegio es un importante escenario en la promoción de la salud, como lo demuestran las iniciativas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Escuelas Promotoras de Salud, o del propio Ministerio de Sanidad, Ganar Salud en la Escuela o el Programa Sí!, que coinciden en la importancia del ‘cole’ como centro de promoción de hábitos de vida saludables desde la infancia.

Si un niño tiene alguna enfermedad crónica infantil, como alergia crónica, asma, diabetes, celiaquía, intolerancia a determinados alimentos o algún problema en su desarrollo es importante que lo sepan en su centro escolar. Además, los maestros y educadores son una figura clave en la detección temprana de algunos problemas de salud que pueden interferir en el proceso de aprendizaje de tu hijo, como los problemas de visión, trastornos del lenguaje, dislexia… “La comunicación entre padres y profesores es un pilar clave en la buena salud física y emocional de nuestros hijos”, señala la Dra. Concepción Sánchez Pina, pediatra y presidenta de la AEPap.

En el caso de los niños con asma, el inicio del curso puede ser una época especialmente difícil, porque el pequeño tiene contacto con un mayor número de desencadenantes en el aula, que ha permanecido cerrada durante los meses de verano. Por eso, antes de empezar el cole quizás es conveniente consultar con su pediatra si debe tomar algún tratamiento preventivo de base y dar algunas pautas de actuación y tratamiento a su profesor, preferiblemente por escrito, que incluyan consejos en caso de que el pequeño tenga síntomas en clase.

Para los niños con diabetes, es conveniente que todo el personal docente del centro sepa qué hacer en caso de emergencia y dónde está la medicación. En ocasiones, estos pequeños pueden necesitar ingerir algo de alimento fuera de las horas de comida para evitar las hipoglucemias y también es posible que necesite inyectarse insulina en clase, por lo que sus profesores deben estar al tanto de su diagnóstico y facilitarle sus cuidados.

Las enfermedades crónicas suponen, más allá de lo físico, un reto emocional y piscológico para muchos pequeños, que no quieren sentirse diferentes de sus compañeros y que pueden llegar en algunos casos, a negar o disimular su propia patología por falta de aceptación. En el caso de los más pequeños, las dificultades pueden derivarse de su incapacidad para controlar aún sus síntomas o medicación; mientras que en el caso de los adolescentes, pueden llegar a prescindir del tratamiento por su cuenta para seguir haciendo una vida lo más parecida a su grupo de amigos.

Por todo ello, para muchos menores españoles con enfermedades crónicas, la vuelta al cole puede ser un momento incluso más especial que para el resto de sus compañeros, por lo que la comunicación entre la familia y el centro escolar es clave.