«Estoy convencido de que un pacto estatal para la defensa y promoción de los derechos de los mayores constituiría un gran servicio a nuestra sociedad y permitiría orientar las políticas y la gestión de los poderes públicos hacia buen puerto»
Durante una comparecencia en la Comisión de Derechos Sociales del Senado
España es uno de los países con mayor esperanza de vida -80 años para los hombres y 85 para las mujeres- y «todo apunta» a que en 2050 estará «a la cabeza del mundo«, tal y como explicó Julio Sánchez Fierro, abogado, doctor en Ciencias de la Salud y miembro del Steering Comitee del Instituto ProPatiens, durante la ponencia ante la Comisión de Derechos Sociales del Senado: ‘Estudio sobre el envejecimiento’.
Sánchez Fierro incidió en que si ahora los mayores de 65 años son el 19,6% de la población, en 2050 equivaldrán al 36%, por lo que, para hacer frente a esta situación, habría que promover «una estrategia integral y unas políticas a corto, medio y largo plazo».
«Estoy convencido de que un pacto estatal para la defensa y promoción de los derechos de los mayores constituiría un gran servicio a nuestra sociedad y permitiría orientar las políticas y la gestión de los poderes públicos hacia buen puerto», subrayó.
Sánchez Fierro detalló algunos hechos a tener en cuenta antes de plantear esta estrategia integral, como los referidos a la salud en este momento de pandemia:
«Según algunas fuentes (IMSERSO), habrían fallecido solo en residencias 30.000 personas. Por su parte, el Instituto de Salud Carlos III, afirma que los mayores de 79 años son los que han dado lugar al mayor número de ingresos hospitalarios y los que más se han visto afectados por graves secuelas respiratorias, cardiovasculares y neurológicas.
Aunque hay indicios de que, tras la vacunación de cierta franja de personas mayores, la situación empieza a mejorar, lo cierto es que los últimos datos disponibles (a mediados de febrero) siguen siendo preocupantes.
En todo caso la pandemia ha evidenciado problemas de coordinación sociosanitaria, de insuficiencia de recursos humanos, de déficit de medidas de prevención, de dificultades de información y comunicación con las familias.»
Atención desigual por CC.AA.
El doctor en Ciencias de la Salud detalló también otros datos de salud de los mayores que también es importante tener presentes:
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- «Así, el lugar donde viven: los que viven en su domicilio, solos o con su familia y los que optan por una residencia. Actualmente hay 373.000 plazas en residencias, de las que 100.000 son públicas. 80 años es la edad habitual de ingreso Su distribución por CC.AA. es muy desigual y los módulos de coste/día son muy diferentes (98 € en País Vasco frente a 45 en Extremadura), lo que propicia una atención desigual.
- Otro aspecto a considerar es el de la soledad no deseada. Según el INE, hay más de 300.000 mayores en esa situación, especialmente grave cuando concurre con discapacidad. Por cierto, los mayores con alguna discapacidad son más de dos millones y medio.
- De otro lado, lo habitual es que los mayores padezcan simultáneamente varias patologías, que estas tengan carácter crónico y que buena parte de ellas sean especialmente invalidantes. Este es el caso de la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), la perdida sobrevenida de audición, la artrosis y el deterioro cognitivo, en particular el Alzheimer.
- La DMAE afecta a más de 800.000 mayores de 65 años. Aunque, a día de hoy, España carece de una estrategia para hacer frente a este grave problema, la situación está en vías de corregirse, ya que el Congreso de los Diputados aprobó por unanimidad una PNL instando al Gobierno y a CC.AA. a establecer un marco de medidas sociosanitarias.
- La artrosis, que padecen casi 4 millones de ciudadanos, se concentra en los mayores, sobre todo mujeres.
- Cerca de 700.000 personas mayores padecen sordera sobrevenida, lo que les aísla e incomunica con su entorno.
- El alzheimer hace estragos especialmente entre los mayores (1,2 millones).»
Finalmente, el miembro del Steering Comittee del Instituto ProPatiens también propuso medidas sanitarias (entre otras) que, a su juicio, deberían formar parte de esa estrategia integral:
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- Acordar programas de salud pública orientados a los mayores (información, vacunación, hábitos saludables, alimentación, ejercicio físico).
- Acordar una estrategia estatal específica para personas mayores frente a patologías de alta prevalencia y crónicas (DMAE, sordera sobrevenida, artrosis, Alzheimer, diabetes).
- Apoyar telemáticamente a los mayores en su relación con la Atención Primaria.
- Establecer protocolos para derivación hospitalaria.
- Crear en los Hospitales “unidades de ortogeriatría” (para caídas y prótesis, singularmente).
- Mejorar la bioapariencia de los medicamentos para evitar la confusión
- Suprimir los visados para el acceso a medicamentos prescritos a pacientes mayores crónicos y regular su entrega a domicilio.
- Promover la adherencia a la terapia prescrita a través de la farmacia comunitaria
- Revisar y actualizar la prestación ortoprotésica y su modelo de financiación.
- Apoyar la investigación y la especialidad de Geriatría, los cuidados enfermeros, la Fisioterapia y la Psicología Clínica del Envejecimiento.
- Regular la función de gestor de casos.
- Elaborar protocolos de atención a los mayores a fin de coordinar las competencias de las consejerías de Salud y de Servicios Sociales y constituir a nivel autonómico un órgano mixto sociosanitario destinado al intercambio de información, que vele por la calidad asistencial y la complementariedad de las prestaciones.