El insomnio es el trastorno del sueño más frecuente entre la población general y esta nueva edición del Día Mundial del Sueño está centrado en él. Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), entre un 25 y un 35% de la población adulta sufre insomnio transitorio, y entre un 10 y un 15% padece insomnio crónica, con lo que aproximadamente la cifra ronda los 4 millones de españoles.
No todos los casos se tratan igual ni se originan por los mismos factores, explica el Dr. Hernando Pére Díaz, Coordinadr del Grupo de Sueño de la SEN. «En los casos de insomniose tiene que hacer una distinción entre lo que son causas primarias, que son las más habituales, y las que están relacionadas con una higiene inadecuada del sueño o con aspectos psicológicos, y las secundarias, en las que el insomnio está relacionado con otra patología».
En su forma crónica, explica el doctor, «el insomnio es un problema importante ya que está relacionado con una merma importante de la calidad de vida, con el rendimiento diario, con déficits cognitivos y de memoria, problemas de ansiedad, incluso depresión, diabetes, obesidad, etc. Además todo esto puede conllevar al desarrollo de otras enfermedades».
El insomnio también puede ser la consecuencia de otras enfermedades, de ahí que sea muy importante «buscar la causa que origina el insomnio y no centrarse sólo en los síntomas», apunta el doctor.
Cuando se trata de causas primarias la terapia más efectiva es la conductual-cognitiva, capaz de resolver cerca de un 70% de los insomnios. También de manera transitoria se puede recurrir a algún tratamiento farmacológico para reducir la ansiedad y así facilitar el sueño, pero es importante que este tratamiento no supere las 12 semanas.
Aunque menos habitual tampoco hay que olvidar que existe una correlación importante entre el insomnio y otras patologías. Entre los problemas neurológicos que pueden provocar insomnio se podría destacar la demencia y la enfermedad de Parkinson, el síndrome de piernas inquietas, la narcolepsia, la hipersomnia, traumatismos craneoencefálicos, encefalopatías,… Pero también otras como la apnea del sueño que afecta a la capacidad intelectual, al rendimiento y que aumenta el riesgo de hipertensión.
Los consejos del especialista para una buena higiene del sueño
• Llevar un ritmo de vida regular manteniendo estables los horarios de sueño y comidas y aprovechar los ciclos de luz para ajustar los horarios.
• Evitar agentes externos que puedan importunar nuestro descanso, como el ruido o los estímulos externos (televisión, móviles,…).
• Evitar las comidas copiosas y las bebidas estimulantes, sobre todo antes de dormir.
• Realizar deporte y llevar un estilo de vida activo.
• No tomar medicamentos para dormir sin consultar antes con un especialista.
• Consultar con los especialistas si se piensa que puede padecer algún trastorno del sueño.