La importancia de la familia ante la discapacidad

Con motivo de la celebración del Día de la Familia la semana pasada, la Fundación Adecco y Delphi han dado a conocer el 4º Informe Discapacidad y Familia, cuyo objetivo es realizar una aroximación a la situación de las familias que tienen hijos con alguna discapacidad.

 

El informe muestra también las preocupaciones, necesidades y demandas de estas familias. Las conclusiones del informe se basan en una encuesta realizada a 500 familias residentes en España.

shutterstock 65075002 300x200 - La importancia de la familia ante la discapacidadEl nacimiento de un niño con discapacidad supone un reto para toda la unidad familiar, especialmente para los padres, que pueden enfrentarse a sentimientos contradictorios derivados del desconocimiento y la desorientación.
Sin embargo, la encuesta ha reflejado que la mayoría de ellos comparten una meta común: que su descendiente con discapacidad adquiera la máxima autonomía posible. Así, para el 75% de los encuestados, su objetivo es intentar fomentar al máximo que sus hijos realicen por sí solos sus tareas, aunque éstas les supongan más tiempo. Frente a ellos, un 25% prefieren supervisar y pautar a sus hijos en las actividades diarias, por temor a que no puedan desenvolverse con normalidad.

Según señala Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, «tener un hijo con una discapacidad no es lo mismo ahora que hace 40 años: la sociedad está cambiando de mentalidad y ello se nota en la educación y en los valores que los padres transmitimos a nuestros hijos. De ahí que 3 de cada 4 apueste por dotarles de recursos y herramientas para ser autónomos. Sin embargo, muchas veces, y con la mejor de sus intenciones, los padres siguen cayendo en la sobreprotección innecesaria, explica Mesonero.

El futuro laboral, la gran duda

Su futuro laboral es una de las cuestiones que más preocupa a los padres. En este sentido, cuando se pregunta a los encuestados si confían en que su hijo podrá trabajar, un 56% responde de forma negativa, ya sea por la presencia de prejuicios en el seno de las empresas (33%) o por el elevado grado de afectación de su hijo (23%), que encontrará importantes dificultades para integrarse con normalidad en la empresa ordinaria.

Según Sara Romero, consultora de la Fundación Adecco especializada en familias con discapacidad: “aunque se ha avanzado mucho en los últimos años, muchas empresas siguen defendiendo la no contratación de personas con discapacidad, a través de razonamientos bien construidos y argumentados. Normalmente, el trasfondo es la falta de experiencias previas y el desconocimiento de las capacidades de la persona con discapacidad. Por otra parte, y aunque esto tiende a cambiar, todavía existen padres que presuponen que su hijo con discapacidad no podrá trabajar en el futuro, lo que sienta un precedente o “autoestigma” que influye negativamente en sus futuras posibilidades de empleo”.

Estos resultados ponen de manifiesto que nuestra sociedad tiene mucho camino que recorrer para alcanzar la plena madurez: la normalización debe alcanzarse en todas las esferas sociales: familia, empresa, entornos educativos, etc.

Cambio de vida

Tener un hijo supone para todos los padres una modificación sustancial de sus hábitos de vida.  El estudio ha identificado si el tiempo dedicado a los citados ámbitos se reduce en mayor proporción cuando el hijo tiene discapacidad. En efecto, el 85% de los padres así lo ha declarado: la duración de los momentos de ocio, descanso o cuidado personal se reduce en mayor medida cuando el hijo tiene una discapacidad. El ámbito donde más se nota esta reducción de tiempo es en el de ocio y socialización (89%) seguido del descanso (86%) y el cuidado personal (81%).

Romero explica que “el tiempo de ocio no siempre se ve reducido porque los padres tengan que dedicarse a su hijo, sino que, en muchos casos, los progenitores no saben cómo enfocar la situación o cómo van a encajarla sus amistades, por lo que tienden al aislamiento. Por todo ello, es muy importante acompañar a las familias y tejer una red de apoyo social, fomentar el contacto con asociaciones de personas en la misma situación y convencer a los padres de que la vida no debe girar exclusivamente en torno a la persona con discapacidad».