La contaminación y el cambio climático tienen consecuencias para la salud.
Las personas alérgicas sienten estos efectos de forma muy directa ya que el aumento de las temperaturas provoca un empeoramiento de los síntomas de la alergía.
La contaminación ambiental por liberación de sustancias químicas y partículas en la atmósfera (monóxido de carbono, dióxido de azufre, clorofluorocarbonos y óxidos de nitrógeno) producidos por la industria y por el tráfico, así como el aumento de las temperaturas producen un incremento en las concentraciones atmosféricas de pólenes, número de insectos y prevalencia de hongos, además de favorecer que los pólenes que antes no eran alergénicos, lo sean. Estos agentes están provocando que cada vez haya más personas alérgicas, de hecho, uno de cada cuatro españoles padece algún tipo de trastorno alérgico.
La Dra. María Fernández Bohórquez, jefa de servicio de Alergología de HM Universitario Madrid, explica que el modo de vida occidental también influye en el incremento de las alergias: “Las condiciones higiénicas extremas producen una menor estimulación del sistema inmune al existir una menor exposición a virus y bacterias, lo que favorece que reaccione ante agentes inocuos para la mayoría de la población, como pólenes o ácaros de polvo”. Y añade que
“En las consultas se ha comprobado que pacientes que vienen de otros países menos desarrollados y con menor contaminación, se vuelven alérgicos tras dos años en España”.
Qué alergias son las más frecuentes
Con una prevalencia del 25-30% la rinitis alérgica es la alergia más frecuente. Se suele asociar a conjuntivitis y asma bronquial. Los pólenes son los alérgenos más importantes en nuestro medio, seguidos de los ácaros. El asma es la segunda enfermedad alérgica más frecuente y afecta al 3-7% de la población adulta y al 5-10% de los niños. El 80% del asma bronquial es de causa alérgica.
Pero existen otro tipo de alergias como urticaria, dermatitis atópica, dermatitis de contacto, anafilaxias y alergias a medicamentos. Las alergias a los alimentos también tienen una gran incidencia, en los niños a la leche y al huevo, y los adultos a los frutos secos, frutas y crustáceos.
La Dra. Fernández Bohórquez insiste en que “es importante detectar qué alérgeno produce alergia para así evitarlo. En el caso de los pólenes hay que saber cuándo es la polinización para iniciar el tratamiento sintomático. Hay que evitar las salidas a zonas ajardinadas y no realizar ejercicio al aire libre los días de sol y viento, especialmente a última hora de la tarde. Además, se recomienda usar gafas de sol e incluso mascarilla”.
“Una vez identificado el agente causal de la alergia, se puede poner una inmunoterapia específica”, afirma la Dra. Fernández Bohórquez. El tratamiento médico debe adaptarse a los síntomas del paciente según la frecuencia de presentación y la gravedad de los síntomas. Son muy importantes también las medidas educativas del paciente y su familia, ya que deben conocer los síntomas de su enfermedad y saber utilizar la medicación que tiene prescrita (inhaladores, autoinyectores de adrenalina, etc). Siempre debe tenerse en cuenta que es necesaria una atención multidisciplinar con alergólogos, otorrinolaringólogos y neumólogos, especialmente en los niños alérgicos.
Gracias a los tratamientos las personas alérgicas pueden llevar una vida normal. “Nuestro objetivo -señala la Dra. Fernández Bohórquez- es mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes y disminuir la ansiedad que puede suponer para ellos y sus familias el miedo a sufrir una reacción alérgica severa”.