Descubren una opción sencilla y barata para reducir un importante efecto secundario de la quimioterapia

Una nueva investigación sugiere que las pacientes tratadas de cáncer de mama que tienen niveles insuficientes de vitamina D antes de iniciar el tratamiento con paclitaxel son más propensas a experimentar neuropatía periférica, según publican sus autores en el ‘JNCCN-Journal of the National Comprehensive Cancer Network’.

Según un análisis de 1.191 pacientes con cáncer de mama en estadio inicial –utilizando datos recogidos en el estudio SWOG S0221–, el 20,7% de las pacientes con deficiencia de vitamina D experimentaron al menos un nivel de grado 3 de neuropatía periférica inducida por quimioterapia (NPIQ), en comparación con el 14,2% de las que tenían niveles suficientes de vitamina D.

Los investigadores también descubrieron que la inducción de la deficiencia de vitamina D en un estudio complementario con un modelo de ratón provocaba síntomas similares a los de la neurotoxicidad.

«Estos resultados sugieren que la administración de suplementos de vitamina D en pacientes con niveles más bajos de vitamina D podría reducir la neuropatía periférica, y en particular la neuropatía periférica de alto grado, lo que mejoraría la calidad de vida a largo plazo de estos pacientes», explica el investigador principal Daniel L. Hertz, de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Michigan (Estados Unidos).

«Tomar medidas para aumentar los niveles de vitamina D apenas tiene consecuencias negativas –añade–. Los pacientes pueden tomar fácilmente suplementos de venta libre seguros, baratos y ampliamente disponibles».

El doctor Hertz explica que la neuropatía periférica inducida por quimioterapia es un efecto secundario frecuente del paclitaxel y de varios otros fármacos anticancerosos de uso común. Suele manifestarse en forma de entumecimiento, hormigueo y, a veces, ardor en los dedos de manos y pies.

Con el tiempo, la NPIQ puede provocar la pérdida de sensibilidad en manos y pies. Estos síntomas son en gran medida intratables y en ocasiones pueden ser permanentes, por lo que es fundamental que los pacientes y los proveedores de atención sanitaria oncológica realicen un seguimiento de la NIPQ durante el tratamiento para abordar el desarrollo de la neuropatía periférica relacionada con el tratamiento antes de que los síntomas se vuelvan intolerables.

Los investigadores también señalan que está bien establecido que la deficiencia de vitamina D es más común en los pacientes negros autodeclarados. Este grupo de población también presenta un mayor riesgo de NPIQ. Se están llevando a cabo otros estudios para conocer mejor el papel que pueden desempeñar los suplementos de vitamina D en la mejora de los resultados de estos pacientes.

«Este análisis prospectivo-retrospectivo del estudio SWOG S0221 ha revelado una asociación significativa entre la insuficiencia de vitamina D y una mayor incidencia de neuropatía periférica inducida por la quimioterapia», comenta el doctor Mei Wei, del Instituto Oncológico Huntsman de la Universidad de Utah, que no participó en esta investigación.

«El hallazgo de este estudio descubre una nueva estrategia potencial para combatir la NPIQ, mejorando así la calidad de vida de los pacientes oncológicos sometidos a tratamiento –resalta–. Es un emocionante paso adelante en nuestra continua misión de atención oncológica centrada en el paciente».

Wei añae que «esta investigación promete arrojar luz en el futuro sobre los mecanismos subyacentes a la NPIQ y la posible identificación de biomarcadores que podrían predecir su incidencia».