Los pacientes anticoagulados han solicitado renovar el sistema de seguimiento del tratamiento para evitar ir a centros de salud
La Federación Española de Asociaciones de Anticoagulados (FEASAN) ha pedido renovar el sistema de seguimiento y control del tratamiento anticoagulante oral, pues, a su juicio, la pandemia «ha demostrado que los pacientes anticoagulados son demasiado dependientes del sistema sanitario: acudir a las revisiones en los centros de salud se ha convertido en un ejercicio de riesgo que debería ser evitado».
«Si ir al centro de salud era un ejercicio de riesgo que intentábamos evitar durante el confinamiento y aún ahora, para las personas que viven anticoaguladas ha sido y sigue siendo un ejercicio de supervivencia. Un tratamiento descompensado puede tener nefastas consecuencias en su salud pero arriesgarse a un contagio por acudir a un centro sanitario provoca miedo a 4 de cada 10 pacientes anticoagulados que han tenido que acudir a una revisión de su tratamiento en este periodo, según una encuesta realizada por FEASAN», explican en un comunicado.
«Si ir al centro de salud era un ejercicio de riesgo que intentábamos evitar durante el confinamiento y aún ahora, para las personas que viven anticoaguladas ha sido y sigue siendo un ejercicio de supervivencia»
Y es que la COVID-19 afecta con más virulencia a las personas que tienen alguna enfermedad cardiovascular, como es el caso. Desde FEASAN, cuando estalló la pandemia, se solicitó a los gobiernos autonómicos y central medidas para evitar que estos pacientes vulnerables tuvieran que acudir a revisiones (cada 4 a 6 semanas en el caso del SINTROM) sin perjudicar su tratamiento.
En España, casi un millón de personas toman anticoagulantes orales. Una cifra que aumenta cada año como consecuencia del envejecimiento de la población y el aumento de los factores de riesgo vascular. Debido a este tratamiento, estos pacientes son más vulnerables ante una emergencia médica o una intervención quirúrgica, pues un mal seguimiento puede provocar ictus o hemorragias.
FEASAN lamenta que, aunque la mayoría de CCAA adoptó medidas extraordinarias durante la pandemia, «ni todas fueron las mismas, ni todas fueron oficiales y, por supuesto, algunas no tomaron medida alguna, como suele ocurrir en el Sistema Nacional de Salud». Y es que, tal y como recuerdan, los anticoagulantes de Acción Directa (ACOD) están sujetos a un visado de inspección con más o menos restricciones según la CCAA. En Asturias, La Rioja, Castilla-La Mancha y Canarias el médico de familia no puede visarlo, aunque en el resto de CCAA sí. «Las administraciones sanitarias autonómicas actúan irresponsablemente introduciendo desigualdades entre unos pacientes y otros. Estas desigualdades han aumentado más aún durante la pandemia», subraya el presidente de FEASAN, Rafael Martínez.
De este modo, para FEASAN, es «urgente que las CCAA y el Ministerio de Sanidad revisen el sistema de seguimiento del tratamiento anticoagulante oral para no tener que acudir cada mes al centro de salud y así evitar riesgos». Una de las soluciones puede encontrarse en los ACOD, que precisan de menor seguimiento, pero habría que eliminar el visado y ampliar su indicación», pues no están financiados por el SNS para los pacientes que han sufrido una trombosis venosa profunda o una embolia pulmonar, indican.
Otras soluciones que aumentarían la autonomía del paciente y disminuirían su dependencia del sistema sanitario pasan por incluir el sistema de autocontrol con coagulómetros portátiles para anticoagulados con AVK en la Cartera de Servicios del SNS. «Algunas CCAA lo han introducido de forma limitada lo que conlleva nuevas desigualdades entre pacientes de unas CCAA y otras e incluso entre pacientes de un hospital a otro», explica Martínez.