“Muchas mujeres desconocen que los cambios hormonales que se dan en su cuerpo durante la premenopausia también pueden afectar a su salud visual. De hecho, enfermedades como el síndrome de ojo seco están muy relacionadas con la llegada de esta nueva etapa en la vida de la mujer, por lo es muy importante que a partir de los 45 años ésta incluya entre sus cuidados la revisión periódica de sus ojos”. Así lo afirma el doctor Jesús Merayo, profesor de la Universidad de Oviedo e investigador del Instituto Universitario Fernández-Vega.
Llamada también perimenopausia, la premenopausia es el periodo de transición natural hacia la menopausia. “Es la etapa de la vida de una mujer en la que empieza a disminuir la reserva ovárica y aparecen irregularidades en el ciclo menstrual. Suele presentarse alrededor de los 45 años de edad y su duración media suele ser de 4 años”, explica el doctor.
Es precisamente la disminución hormonal producida durante la premenopausia la que provoca una alteración en el estímulo de la secreción de todas las mucosas (respiratoria, digestiva, vaginal, etc.) en el organismo de la mujer, modificando también la cantidad y la calidad de película lagrimal. “Como consecuencia de la menor secreción de lágrimas, la mujer puede empezar a sentir molestias en los ojos, a tener sensación de arenilla, sensación de cuerpos extraños, pesadez de ojos, ojos cansados… una sensación seca, áspera y persistente que no tenía antes de empezar con las alteraciones hormonales”, afirma este especialista del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega.
El síndrome de ojo seco afecta a casi al 30% de la población, en su inmensa mayoría mujeres, y si bien está muy relacionado con los cambios hormonales de la premenopausia y suele aparecer coincidiendo con esta etapa de la vida, también puede deberse a otras circunstancias. Es por ello que el doctor Merayo insiste en la necesidad de que, sobre todo a partir de los 45 años, la mujer revise periódicamente su salud ocular. “Esto ayudará a verificar si se padece un Síndrome de Ojo Seco y a descartar posibles patologías concomitantes que, como algunas enfermedades tiroideas y otras autoinmunes como las reumáticas o patologías como la fibromialgia o la fatiga crónica, puedan precipitar o provocar esta alteración ocular”, explica. Y es que estas enfermedades provocan por sí mismas que quienes las padecen tengan menos secreción de lágrima, lo cual, unido a la etapa de la premenopausia en la mujer, “puede provocar que pacientes que nunca antes habían tenido síntomas de ojo seco, los tengan a partir de los 45 años”.
Consejos para prevenir el ojo seco
Además de la revisión periódica de su salud ocular especialmente a partir de la premenopausia, y de cara a prevenir el ojo seco, el doctor Merayo aconseja que la mujer se proteja con gafas del viento y el sol siempre que realice actividades al aire libre; cuidar la posición del cuerpo, descansar la vista de vez en cuando y no olvidarse de parpadear para estimular la secreción de la lágrima si se trabaja delante de una pantalla de ordenador; o resguardar los ojos de forma adecuada cuando se tengan que utilizar productos como el amoniaco o la lejía “de igual forma que nos ponemos mascarillas o protegemos otras partes de la piel ante la presencia de tóxicos”. También es muy importante cuidar la cantidad y calidad del sueño, explica el doctor Merayo.
Para finalizar, este experto recuerda la necesidad de cuidar también la delicada piel de la zona de los párpados frente a enfermedades como la rosácea o la psoriasis.