Celiaquía: el 1% de la población afectada, el 80% de los celiacos sin diagnóstico

La enfermedad celiaca se define -según el actual Protocolo de Diagnóstico Precoz de la Celiaquía del Ministerio de Sanidad- como un «trastorno sistémico de base inmunológica causado por la ingesta de gluten y otras proteínas afines que afecta a individuos predispuestos genéticamente». Se trata de un proceso a veces de difícil diagnóstico, lo que demuestra el elevado número de personas no diagnosticadas, en torno al 80% según datos de la Federación de Asociaciones de Celiacos de España. 

Durante años la enfermedad celiaca ha sido definida como una intolerancia permanente al gluten, pero en el último Protocolo de Diagnóstico Precoz de la Enfermedad Celiaca, publicado en mayo de 2018 por el Ministerio de Sanidad de España, se deja atrás esa definición y se habla de un trastorno de base inmunológica y sistémico. Por lo tanto la enfermedad celiaca forma parte del gran grupo de las enfermedades autoinmunes y además es un proceso sistémico: no afecta solo al aparato digestivo sino que tiene manifestaciones también extraintestinales, más habituales en el paciente adulto sin diagnóstico.

El sistema inmunológico de los celiacos reacciona cuando el paciente ingiere gluten, al que confunde con un agente dañino. Al detectar el gluten, comienza un mecanismo de defensa que provoca daños en el intestino delgado, en la zona en la que se produce la absorción de los nutrientes.

De ahí que el celiaco suela tener déficits de hierro y otros minerales y vitaminas. Ese daño que se produce en el intestino puede llegar a atrofiar las vellosidades intestinales, dando lugar a síntomas digestivos, síntomas extradigestivos o cursando como una enfermedad celiaca asintomática.

A la larga, los problemas derivados de la falta de diagnóstico pueden llegar a ser realmente graves, pudiendo causar incluso un linfoma intestinal.  

La enfermedad celiaca provoca síntomas tanto digestivo como extraintestinales, siendo estos últimos muy habituales en adultos. Se trata por tanto de una enfermedad sistémica. 

Los síntomas de la celiaquía varían en función de la edad. 

Problemas ginecológicos, problemas óseos, problemas digestivos, carencias nutricionales, son algunos de los síntomas

Síntomas de la Celiaquía

 

Los síntomas de la celiaquía son variados, difusos e inespecíficos en muchas ocasiones, por lo que su diagnóstico a veces no es nada sencillo.

Los síntomas de la celiaquía varían en función de la edad.

En los primeros años de vida, suele cursar con síntomas digestivos como distensión abdominal, diarreas, vómitos, baja talla, bajo peso, irritabilidad, etc.

En la edad adulta los síntomas son mucho más variados y expertos como la Dra. Polanco, aseguran que en la edad adulta son más comunes los síntomas extradigestivos que los síntomas digestivos.

Estos pueden ser desde problemas de infertilidad, tanto femenina como masculina, abortos de repetición, osteoporosis, dolores de cabeza, cansancio, problemas hepáticos, anemia ferropénica, etc.

Los síntomas digestivos en edad adulta también se dan en forma de diarreas con episodios de estreñimiento, distensión abdominal, vómitos, falta de apetito, etc.

 

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Celiacos sin diagnosticar

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Diagnóstico de celiaquía 

El diagnóstico de la enfermedad celiaca puede ser realmente complejo. 

 Normalmente, apuntan desde FACE, las pruebas comienzan con un análisis de sangre, una serología de anticuerpos que puede ser positiva o negativa. «En el caso de que sea negativa pero haya una alta sospecha clínica, no descarta la enfermedad y hay que hacer más pruebas», explica el Dr. Montoro, Presidente de la Sociedad Española de Enfermedad Celiaca. 

En el caso de ser positiva esta prueba, se necesitan más para confirmar la enfermedad. 

El análisis genético también es importante. La celiaquía requiere de predisposición genética, por lo que si esta prueba resulta negativa, se descarta en un 99% la celiaquía. Si es positiva, solo significa que es compatible con la enfermedad, pero no sirve por si sola para diagnosticar celiaquía. 

La prueba más importante a día de hoy es la biopsia intestinal para comprobar si existe daño o no en el intestino delgado. Si existe daño intestinal y las otras pruebas son positivas, se confirma el diagnóstico de celiaquía. 

La respuesta a la dieta sin gluten es otro criterio a tener en cuenta cuando el diagnóstico es dudoso. 

En ocasiones las pruebas son negativas, pero el paciente responde a la dieta sin gluten. Tras descartar una posible alergia al gluten, en estos casos se suele diagnosticar Sensibilidad al Gluten No Celiaca, una enfermedad relativamente reciente que se diagnostica por descarte de celiaquía, alergia al gluten y respuesta positiva a la dieta sin gluten. 

La enfermedad celiaca requiere de varias pruebas para su correcto diagnóstico: serología, prueba genética, biopsia intestinal y respuesta a la dieta sin gluten 

Dieta Sin Gluten: el único tratamiento

 El único tratamiento eficaz en la actualidad es la dieta sin gluten estricta y de por vida, ya que es un proceso crónico.

El gluten es una proteína presente en cereales como el trigo, la cebada, el centeno y todos sus derivados. Por lo que los celiacos deben eliminar de su dieta todos aquellos alimentos que tengan gluten entre sus ingredientes principales o en forma de trazas, ya que la más mínima cantidad de gluten, provoca esa reacción inmunológica que daña su intestino.

En la actualidad son muchos los productos procesados etiquetados «sin gluten» y aptos para celiacos, pero la base de la dieta sin gluten, según apuntan los expertos son los alimentos que de manera natural no contienen gluten: pescados, verduras, frutas, carnes, huevos, leche.

Los celiacos deben cuidar su alimentación y también evitar la contaminación cruzada por gluten en todo momento, tanto en casa como fuera de ella, acudiendo a establecimientos que garantizan la ausencia de contaminación cruzada.