Suspendido el desarrollo de la vacuna de la enfermedad celiaca

La vacuna que la empresa ImmusanT desarrollaba para prevenir el desarrollo de la enfermedad celiaca desde hace años ha sido suspendida en la Fase II del ensayo clínico, según comunica la compañía.

Después de años de trabajo en el desarrollo de la esperada vacuna de la celiaquía, la empresa ha anunciado el cese de la actividad tras comprobar que en la fase II de Nexvax2 -la vacuna de la celiaquía- «no ofrece resultados estadísticamente significativos de protección frente a la exposición al gluten de celiacos en comparación con el placebo», afirman en un comunicado.

La compañía, ImmusanT, explica que ofrecerá más datos cuando los tenga disponibles.

celiacos en España

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celiacos sin diagnosticar en España

Trabajo Inmunológico

La vacuna de la celiaquía en la que trabajaba InmunsanT pretendía «enseñar» al sistema inmune a ignorar el gluten, según apuntan desde la web especializada en celiaquía, Celicidad.

Se trataba de un inyectable de 3 péptidos reconocidos por las células T cuyo objetivo era que estas células no respondiesen al gluten provocando las consiguientes reacciones en el organismo del celiaco. 

En la exposición oral de los resultados de la Fase I de la vacuna de la celiaquía, en San Diego, InmusanT explicó que durante 8 semanas, 59 sujetos habían sido aleatorizados para recibir 16 dosis de Nexvax o de placebo para después comprobar la respuesta de las células T, que fueron estimuladas con gluten controlado durante tres días. 

La enfermedad celiaca es una enfermedad de carácter autoinmune, sistémica y que se da en individuos predispuestos genéticamente.

La clave para prevenir por tanto la patología, pasa por trabajar a nivel del sistema inmunológico para que éste no reaccione cuando el celiaco ingiera gluten.  

 

La Enfermedad Celiaca

El 1% de la población española es celiaca. El 80% no lo sabe.

Los síntomas de la celiaquía pueden ser digestivos o extradigestivos.

El único tratamiento es una dieta sin gluten estricta y de por vida.

El diagnóstico tardío puede tener consecuencias graves, la más preocupante, aunque poco común, el linfoma intestinal.