Asma grave, la tormenta perfecta

Especialistas en enfermedades respiratorias de toda España se han dado cita en el 47º Congreso de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). Con la colaboración de Novartis, ha tenido lugar el simposio sobre ‘IgE, inflamación y asma: aplicando la ciencia a la clínica’.

Alrededor de 300 millones de personas en el mundo padecen asma. En España, el asma afecta a cerca de un 11% de los niños entre 6 y 7 años, a un 9% de los adolescentes entre 13 y 14 años y a alrededor del 5% de la población adulta. Según el Doctor César Picado, Doctor en Medicina, Especialista en Neumología, Consultor Sénior de Neumología y Alergia Respiratoria del Hospital Clínic de Barcelona, Catedrático de Medicina de la Universitat de Barcelona, “en las últimas cuatro décadas ha habido un aumento de prevalencia del asma en la mayoría de países industrializados”. En lo que a asma grave se refiere, el mismo doctor ha comentado que “el asma grave afecta al 10% de la población asmática” aunque ha aclarado que “no hay estudios suficientes para estar seguro de que sea un porcentaje real”.

El desarrollo del asma se puede considerar multifactorial y depende de las interacciones entre varios genes de susceptibilidad y factores medioambientales. Los pacientes con asma, ante situaciones de exposición a alérgenos, factores intrínsecos, ejercicio físico, etc… pueden sufrir un cuadro sintomático característico que puede tener diversos grados de intensidad (intermitente, leve, moderado o grave).

shutterstock 90859748 192x300 - Asma grave, la tormenta perfectaLa mayoría de las personas con asma sufren ataques que pueden durar de minutos a días y se pueden volver peligrosos si se restringe el flujo de aire de manera importante. Los síntomas característicos son, la dificultad respiratoria o disnea producida por la inflamación de las vías aéreas inferiores (broncoconstricción) que empeora con el ejercicio o la actividad y que puede llegar a producir un cuadro de insuficiencia respiratoria evidente, tos con o sin producción de esputo, retracción o tiraje de la piel entre las costillas al respirar (tiraje intercostal) y sibilancias (ruidos o “pitidos” frecuentes al pasar el aire por unas vías aéreas estrechadas). En casos graves se puede producir labios y cara de color azulado (cianosis), disminución del nivel de lucidez mental, somnolencia intensa o confusión, dificultad respiratoria extrema, pulso rápido y paradójico, ansiedad intensa además de todo su cortejo sintomático, también puede haber dolor torácico y opresión en el pecho.

El control del asma grave supone un reto para los especialistas en Alergología y Neumología por el alto impacto de esta enfermedad en la calidad de vida de los pacientes, tal y como ha explicado el mismo Dr. Picado “lograr un buen control del asma, es el objetivo prioritario para los neumólogos” y ha añadido que “algunos estudios aseguran que sólo un pequeño porcentaje de pacientes con asma grave, logran el control total de la patología”. Principios activos como el omalizumab pueden ayudar a mejorar y controlar estas exacerbaciones.

El paciente con asma grave y mal controlada presenta generalmente una importante limitación en las actividades de su vida cotidiana, así como frecuentes exacerbaciones que les impiden desarrollarlas con normalidad. Y es que, tras la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), el asma es la enfermedad respiratoria que causa mayor número de días de absentismo laboral. El Dr. Picado ha comentado que “un paciente asmático bien controlado es un ciudadano normal sin limitaciones en su vida”.

El incumplimiento terapéutico, la existencia de múltiples alérgenos y de complicaciones asociadas o de comorbilidades (rinitis, poliposis nasal, síndrome de apnea del sueño, reflujo gastroesofágico, etc.) pueden empeorar el pronóstico de la enfermedad. En este sentido, el Dr. Francisco Álvarez, responsable de la Unidad de Asma de la Unidad Médico Quirúrgica de Enfermedades Respiratorias del Hospital Virgen del Rocío, ha explicado que “la genética, los factores ambientales, así como la existencia de otras enfermedades son circunstancias que pueden influir para desarrollar las formas más graves de la enfermedad”.

Respecto a los desafíos de los neumólogos en el manejo del asma grave, el Dr. Álvarez ha asegurado que “en ocasiones se catalogan de asma grave pacientes que presentan otras patologías que pueden simular los síntomas del asma” por lo que “diagnosticar correctamente la enfermedad, instaurar un tratamiento adecuado y administrarlo de manera correcta son algunos de los retos a los que nos enfrentamos”.