El síndrome del ocaso o ‘sundowning’ puede provocar agitación, confusión, ansiedad, irritabilidad, incluso pensamientos paranoicos o alucinaciones cuando cae el sol en personas con Alzheimer.
Para prevenir este síndrome, es recomendable «tener la casa bien iluminada por la noche para reducir la confusión del paciente» y «evitar los espejos y las sombras, ya que pueden suponer un estímulo que desencadene cambios de comportamiento porque no saben interpretar la realidad», ha explicado el coordinador del Grupo de Trabajo en Neurología de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), Alberto Freire.
Durante el ‘webinar’ ‘Síntomas de alerta sobre descompensación y cambios en la conducta’, organizado por Confederación Española de Alzheimer y otras Demencias (CEAFA), Freire ha añadido que los espejos y las sombras «pueden ser interpretardos con la presencia de gente extraña y les puede generar ansiedad».
Frerie ha repasado los motivos por los que se da el síndrome del ocaso, que está relacionado con el cansancio. «Actualmente, lo que se sabe es que este síndrome se da por fatiga o por agotamiento. Muchas veces, estos pacientes reaccionan mejor durante la mañana que por las tardes. Se sabe que el cerebro de una persona con enfermedad de Alzheimer funciona como en ‘El día de la marmota’, todos los días está recibiendo información y todos los días tiene que volver a intentar conectarse con el medio e interpretar los mensajes que le está dando el medio. Eso a lo largo del día le provoca fatiga y agotamiento», ha explicado el experto.
Para Freire, cuando la persona manifiesta este síndrome, se debe intentar identificar aquellos desencadenantes que provocan que el paciente al final del día se agite. «Son muy importantes las rutinas regulares. Repetir que hay una hora para despertarse, hay una hora para comer y otra para acostarse. Además, reducir la estimulación durante las horas de la noche o cuando está anocheciendo, así como cenar ligeramente», ha subrayado.
Realizar actividades relajantes durante la noche es otro de los consejos que ha dado Freire. «Tenemos que identificar actividades relajantes para hacerlas antes de la hora de acostarse. Puede que sea escuchar música relajante; ver fotos que al paciente le recuerden su niñez o que les resulten agradables; incluso ver su película favorita», ha señalado.
En este sentido, hay pacientes que también pueden tener problemas de sueño, por ello es recomendable «intentar limitar las siestas, así como erradicar, o por lo menos limitar, el consumo de excitantes como puede ser el alcohol, la cafeína y la nicotina».
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La importancia de las caricias
Los pacientes con Alzheimer pueden tener cambios de conducta debido a muchos factores, como una causa médica, que la persona enferma quiera comunicar algo o algún efecto secundario de un fármaco. Estos síntomas conductuales y psicológicos de la demencia «seguramente son los más difíciles de tratar y los que más agotan a los cuidadores», según ha indicado Freire.
En este punto, son «muy importantes las caricias», ya que «el paciente con demencia puede que no comprenda lenguaje oral, pero sí mantiene el lenguaje visual, sí entiende e interpreta nuestro estado de ánimo, nuestra cara, y por supuesto entiende todo lo que son los estímulos físicos».
Freire ha destacado la importancia de mantener los estímulos físicos con el paciente, como las caricias que «pueden tranquilizar mucho a las personas con Alzheimer».
Asimismo, en el caso de las personas enfermas tengan delirios o alucinaciones, el experto asegura «no tomarlo como algo personal». «Tenemos que evitar las discusiones. Hay discusiones que ocurren porque los pacientes son repetitivos con ciertos objetos que siempre los quieren ver, como el dinero o unas llaves. Por ello, aconsejo duplicarlos o que siempre tengan algo de dinero en el bolsillo para que puedan estar tranquilos», ha informado.
«Es bueno darles seguridad, traerlos a nuestro lado, que es con quien se identifican. Decirles que estén tranquilos, que estamos con ellos y que no les va a pasar nada. Esto les va a producir tranquilidad», ha señalado.
No a las sujecciones
El experto ha asegurado que las sujeciones se deben evitar en estos pacientes, tal y como señala CEAFA en una de sus campañas. «Si en algún caso tenemos que utilizar algún tipo de sujeción, tienen que ser limitadas, justificadas y siempre preservando la dignidad del paciente», ha manifestado.
«Debemos expresar empatía, hay que tener afecto y, por supuesto, no sólo por el paciente sino por nosotros tenemos que mantener el humor, porque nosotros también tenemos que protegernos. La empatía, el afecto y el humor lo vamos a transmitir mediante el lenguaje no verbal que va a darle tranquilidad a nuestros pacientes. Ser tolerante y comprensivo, respetando los gustos y las costumbres del enfermo», ha añadido Freire.
El coordinador del Grupo de Trabajo en Neurología de la SEMG ha recordado que «no hay una solución mágica» para los pacientes con Alzheimer, aunque ha asegurado que este tipo de consejos pueden ayudar a llevar mejor la enfermedad.
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