El Congreso acepta tramitar la ley de eutanasia

El Congreso ha aprobado este martes la toma en consideración de la ley de eutanasia impulsada por el PSOE con el único voto en contra de PP y Vox y la abstención del representante de Teruel Existe, Tomás Guitarte, y del diputado de ERC Joan Capdevilla.

Con la Ley de Eutanasia, los socialistas quieren regular esta práctica e incluirla como una prestación más en la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud (SNS). Además, quieren garantizar la labor de los médicos ante estos casos, permitiendo que los profesionales que así lo deseen puedan apelar a la objeción de conciencia para no realizar esta práctica, informa Europa Press. 

El debate del la Ley de Eutanasia en España, lo han protagonizado los únicos partidos que se han mostrado en contra del mismo. Durante su intervención, el PP ha acusado al PSOE de legislar basándose en «dos casos mediáticos» y con una actitud «oscurantista» y «sin garantías» por ser «de dudosa constitucionalidad».

Como alternativa, los de Pablo Casado han defendido una ley de cuidados paliativos que, según han explicado, sirve para «extender de forma universal» el acceso de los pacientes a estos tratamientos y que permite al Estado «eliminar el dolor» y «no a la persona» de la sociedad.

Por su parte, el portavoz ‘popular’ en el debate, José Ignacio Echániz, ha acusado además a los socialistas de buscar con la Ley de la Eutanasia el «ahorro» en materia de Sanidad y pensiones que supone no mantener con vida a una persona en esta situación.

En este punto, Vox coincide con el PP. «Como no saben cómo hacer un sistema sostenible, entonces los enfermos crónicos deben ser eliminados», ha declarado Lourdes Méndez, portavoz de Sanidad del partido de Santiago Abascal.

Méndez también ha señalado que esta ley socialista «obliga» al Estado a «quitar la vida a quien lo pida» y considera que quiere «convertir en buenos» a aquellos facultativos que realicen esta práctica. A su juicio, el PSOE quieren convertir al Estado «en una máquina de matar», a los médicos «en cómplices y verdugos» y «deteriorar los lazos familiares y la relación entre médico y paciente».