La Asociación Española de Cáncer de Tiroides (AECAT) reclama la necesidad de impulsar mejoras que minimicen el impacto físico, emocional y social de las personas que sufren este tipo de cáncer.
El 63 por ciento de los pacientes que han sufrido un cáncer de tiroides y se encuentran en remisión siente miedo a una posible recaída, y el 75 por ciento presenta síntomas tras la remisión que afectan a su calidad de vida.
Así, la AECAT ha lanzado la campaña ‘Más allá de la supervivencia’ para poner el acento en la necesidad de una mejor atención a las personas que superan esta enfermedad poco prevalente que tiene un alto impacto en las vidas de los pacientes y requiere un control especializado. La supervivencia no es el final del camino. Es necesario avanzar en los aspectos asistenciales, clínicos y sociales que permitan a los pacientes vivir plenamente tras vencer a la enfermedad.
«Como cualquier otro tipo de cáncer, el objetivo de la atención suele ser la supervivencia y parece que se asume que superar un cáncer tiene que dejarte secuelas. Sin embargo, el cáncer de tiroides tiene una elevada tasa de supervivencia (aproximadamente un 90%), por lo que es importante abordar la enfermedad teniendo una visión más allá de la supervivencia. Priorizar la calidad de vida además de la curación», subraya la presidenta de AECAT, Arantxa Sáez.
En esta línea, los pacientes de cáncer de tiroides exigen que las autoridades sanitarias garanticen el acceso a los tratamientos innovadores que están siendo aprobados por la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) pero que no están entrando en la financiación pública, como son las terapias dirigidas para tipos histológicos de cáncer de tiroides. Por todo ello, desde AECAT insisten en reclamar a la administración sanitaria que dote a los cirujanos de todos los recursos disponibles para facilitar una cirugía de precisión que minimice el riesgo de sufrir secuelas como el hipoparatiroidismo.
«La máxima especialización de los cirujanos y que éstos dispongan de la tecnología y recursos necesarios para facilitar su labor y reducir el riesgo de hipoparatiroidismo a cero es el primer reto que hay que superar», destaca Arantxa Sáez. La reivindicación se extiende al adecuado seguimiento de por vida: el control del tratamiento puede condicionar la calidad de vida, pues en ocasiones, síntomas que se achacan a estrés o cansancio son en realidad causados por un mal control de los niveles hormonales.
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