La salud y el bienestar de todos están estrechamente relacionados con el medio ambiente que nos rodea. Es un círculo virtuoso en el que las conductas individuales, colectivas y empresariales que potencian un desarrollo responsable, repercuten en una mejor salud de los individuos y de la comunidad, al mismo tiempo que propician la sostenibilidad del planeta. En el Día Mundial del Medio Ambiente, queremos hacer hincapié en ello.
Conscientes de la relación entre lo ambiental, lo económico y lo social, el Instituto DKV de la Vida Saludable, desde su Observatorio de Salud y Medio Ambiente recuerda algunas cuestiones básicas a tener en cuenta para cuidarnos y cuidar el medio ambiente. Se trata de una serie de iniciativas de innovación que los especialistas ofrecen como punto de encuentro entre lo saludable y lo sostenible, y que recoge la publicación elaborada por el Observatorio bajo el título “Una guía para una vida más saludable y sostenible”:
- 1. Menos carne y más vegetales. El cambio climático también afecta a la salud. Los fenómenos meteorológicos y el aumento de temperaturas y precipitaciones, propician la aparición de enfermedades cardiovasculares, el paludismo o la malnutrición. Una dieta con menos carne y más productos vegetales es la mejor receta para reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero al tiempo de seguir una alimentación más saludable.
- 2. Camina siempre que puedas. Caminar no sólo mejora la salud de tu corazón, sino el de tu ciudad. El tráfico motorizado se ha convertido en un problema ambiental de calidad de vida y salud, de hecho, se ha demostrado que, cuanto menos contaminado esté el aire, mayor es la esperanza de vida.
- 3. Compartir bienes en vez de poseerlos. Hoy día, gracias a las nuevas tecnologías y el uso de las redes sociales, podemos reinventar las formas tradicionales de compartir, intercambiar, prestar, alquilar y regalar. Con ello, contribuimos al ahorro de los recursos naturales (materias primas y energía y sus impactos sobre el medio ambiente) y, consecuentemente, ejerceremos menor presión sobre el medio ambiente y sus impactos sobre la salud. Es lo que se denomina “consumo colaborativo”.
- 4. Comer más sano y sostenible. La contaminación que está fuera, en el medio ambiente, también está dentro de nosotros, en nuestro cuerpo. Con el tiempo, estos contaminantes se magnifican en los ecosistemas y la cadena de alimentación a través de lo que respiramos, comemos y bebemos acumulándose en nosotros y generando enfermedades. Así, entre las recomendaciones de los especialistas se encuentra la de acercarse a tiendas y mercados agroalimentarios e incorporar a nuestra rutina el consumo de productos ecológicos que sean buenos para la salud y la naturaleza.
- 5. Fomenta el empleo verde y la economía sostenible. El empleo verde es aquel que contribuye a evitar emisiones de gases de efecto invernadero, reducir los residuos y la contaminación, cuidar el agua o preservar los ecosistemas protegiendo la biodiversidad. Un trabajo así protege el medio ambiente pero también crea un entorno más saludable, promotor de la salud. En definitiva, advertir a las empresas de los beneficios de este tipo de políticas, permite no solo a reactivar la economía, sino a participar por cuidar el entorno que nos rodea y una vida más saludable y sostenible