La resistencia a los antimicrobianos está muy extendida en la región europea de la OMS. Cada año se producen más de 670.000 infecciones en estos países debido a bacterias resistentes a los antibióticos, y aproximadamente 33.000 personas mueren como consecuencia directa de estas infecciones.
En el marco de la Semana Mundial de Concienciación sobre el Uso de los Antibióticos, la Organización Mundial de la Salud en Europa (OMS Europa) ha advertido de que la carga sanitaria provocada por la resistencia a los antimicrobianos es comparable a la de la gripe, la tuberculosis y el VIH juntos en la Unión Europea (UE) y en el Espacio Esconómico Europeo, según estimaciones del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC).
«Hace seis años, la resistencia a los antibióticos fue declarada una de las principales amenazas para la salud de los seres humanos»
En el caso de los países no pertenecientes a la UE y de la parte más oriental de la Región Europea de la OMS, esta cifra puede ser incluso mayor, pero no hay datos suficientes para ofrecer una imagen clara de la situación.
Por tanto, desde la OMS Europa reclaman una acción urgente por parte de los individuos, los médicos y los gobiernos para garantizar que las enfermedades comunes sigan siendo tratables.
«La Covid-19 nos ha golpeado con fuerza. Pero mientras luchamos contra una emergencia sanitaria, no podemos bajar la guardia en la lucha contra otras amenazas sanitarias. Hace seis años, la resistencia a los antibióticos fue declarada una de las principales amenazas para la salud de los seres humanos, y se elaboró el Plan de Acción Mundial de la OMS sobre la Resistencia a los Antimicrobianos. Sin embargo, los políticos y los países de todo el mundo siguen sin concienciarse y sin tener un sentido de la urgencia», ha dicho el director regional de la OMS para Europa, el doctor Hans Henri P. Kluge.
«A pesar de la atención prestada a la pandemia en curso, tenemos que seguir esforzándonos por reducir aún más el uso innecesario de antibióticos», ha señalado la directora del ECDC, Andrea Ammon. «También tenemos que mejorar las prácticas de prevención y control de infecciones en los hospitales y otros entornos sanitarios para reducir significativamente la propagación de bacterias resistentes a los antimicrobianos», añade.
Falta de datos y fondos para hacer frente a la resistencia antimicrobiana.
La mayoría de los Estados miembros de la Región Europea de la OMS se han dado cuenta de la necesidad de actuar y han intensificado sus esfuerzos para hacer frente a la resistencia antimicrobiana. En este sentido, el 85 por ciento de los países de la Región ha elaborado planes de acción nacionales sobre ello, mientras que hace cinco años esa cifra era del 50 por ciento.
Sin embargo, los planes por sí solos no son suficientes, según la OMS Europa. El reto que se plantea es garantizar una aplicación exhaustiva y una financiación adecuada de los planes de acción. Un 20 por ciento de los países afirman no tener capacidad para generar datos de vigilancia de la resistencia a los antibióticos, o bien recogen datos solo a nivel local y sin un enfoque estandarizado o armonizado. «Sin estos datos, es difícil conocer el alcance del problema y encontrar soluciones adecuadas», recalcan desde el organismo de las Naciones Unidas para Europa.