Un fármaco para la hepatitis C puede aumentar la sensibilidad bacteriana a los antibióticos y reducir la probabilidad de resistencia a los mismos.
Según un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Nueva York publicado en la revista ‘Cell Chemical Biology‘. Se trata del telaprevir, que actúa bloqueando la función de las chaperonas -proteínas importantes que doblan otras proteínas en la célula- en las bacterias.
El telaprevir se une a las chaperonas micobacterianas y bloquea su capacidad de plegar proteínas. Esto hizo que las micobacterias fueran más sensibles a los antibióticos.
«El telaprevir es el primer compuesto aprobado clínicamente que ha demostrado inhibir la función de las chaperonas en las bacterias –anuncia Tania Lupoli, profesora adjunta de química en la Universidad de Nueva York y autora principal del estudio–. Nuestra investigación marca un paso vital en el desarrollo de pequeñas moléculas inhibidoras de las chaperonas que pueden utilizarse en las bacterias para aumentar el poder de los antibióticos y frenar la evolución de la resistencia a los mismos».
Las chaperonas existen en casi todas las células de todos los organismos, desde las bacterias unicelulares hasta los seres humanos. Debido a su papel fundamental en el plegado de otras proteínas -y a lo que ocurre cuando las proteínas se pliegan mal, lo que puede provocar toxicidad en la célula-, las chaperonas son el objetivo de las investigaciones en curso para el descubrimiento de fármacos, pero los investigadores han tenido dificultades para encontrar pequeñas moléculas que puedan dirigirse o unirse específicamente a las chaperonas.
En este estudio, los investigadores trataron de identificar pequeñas moléculas que pudieran desactivar la función de las chaperonas en las bacterias causantes de enfermedades. Centrándose en el ‘Mycobacterium tuberculosis’, el microbio causante de la tuberculosis, examinaron unos 25.000 compuestos -incluidos 1.300 medicamentos aprobados- para identificar pequeñas moléculas que inhibieran las chaperonas en las micobacterias.
Llegaron a un fármaco antiviral llamado telaprevir, aprobado en Europa y Estados Unidos para el tratamiento de la hepatitis C. En una serie de experimentos con micobacterias modelo en el laboratorio, demostraron que el telaprevir se une a las chaperonas micobacterianas y bloquea su capacidad de plegar proteínas. Esto hizo que las micobacterias fueran más sensibles a los antibióticos, incluida la estreptomicina, un fármaco comúnmente recetado para la tuberculosis.
«En el futuro, prevemos que los inhibidores de chaperonas de moléculas pequeñas podrían utilizarse en combinación con los antibióticos para mejorar la potencia de éstos y reducir la resistencia», avanza Lupoli.
Las chaperonas también pueden estabilizar las proteínas de la célula que causan la resistencia a los antibióticos, por lo que el uso de telaprevir para bloquear la función de las chaperonas redujo la resistencia de las micobacterias contra el fármaco de primera línea para la tuberculosis, la rifampicina. La reducción de la resistencia a los antibióticos es una de las principales prioridades de la salud pública en todo el mundo, ya que un número cada vez mayor de infecciones -incluida la tuberculosis- son cada vez más difíciles de tratar a medida que los antibióticos pierden eficacia.
«En el futuro, prevemos que los inhibidores de chaperonas de moléculas pequeñas podrían utilizarse en combinación con los antibióticos para mejorar la potencia de éstos y reducir la resistencia», avanza Lupoli.
Aunque los investigadores están entusiasmados con la identificación del telaprevir como inhibidor de las chaperonas, siguen explorando cientos de análogos del telaprevir -compuestos de estructura molecular similar- para determinar si otros se unen más estrechamente a las chaperonas, un factor clave para trasladar la investigación a estudios animales o clínicos. El trabajo futuro también explorará cómo dirigir los inhibidores de las chaperonas para que sólo desactiven ciertas chaperonas, por ejemplo, bloqueando las chaperonas en las bacterias, pero no en las células humanas.
«Nuestro trabajo contribuye a una pequeña pero creciente lista de pequeñas moléculas que bloquean la función de las chaperonas y proporciona una vía prometedora para el estudio en curso del papel que pueden desempeñar el telaprevir y sus análogos cuando se administran con antibióticos», concluye Lupoli.