La Confederación Española de Alzheimer (CEAFA) y Alzheimer & Disease International (ADI) han avisado de que los casos de demencia se van a triplicar en 2050 y han realizado un llamamiento a la Organización Mundial de la Salud (OMS), a los gobiernos y a otros organismos de salud pública para que pongan en marcha urgentemente el apoyo necesario después del diagnóstico para quienes viven con demencia, a la luz de las nuevas e impactantes previsiones de prevalencia.
Aunque estas cifras son sorprendentes, las organizaciones consideran que es «probable» que se subestime la «verdadera magnitud del problema», ya que están surgiendo pruebas de que la COVID-19 puede aumentar el riesgo de desarrollar demencia más adelante en la vida, junto con las bajas tasas de diagnóstico de la demencia en muchos países. En este sentido, la directora general de la ADI, Paola Barbarino, ha comentado que la mayoría de los gobiernos de todo el mundo «no están preparados» y que, aunque el tiempo se agota, aún hay tiempo para actuar.
«Los expertos en demencia de todo el mundo han demostrado que estamos en camino de un extraordinario aumento de la prevalencia de la demencia en los próximos años. Sabemos que cualquier otra enfermedad, que hubiera pronosticado un aumento del 66 por ciento en menos de 30 años tendría, sin duda, la atención del gobierno. Sin embargo, es frustrante que la mayoría de los gobiernos aún no cuenten con planes de demencia, a pesar de haberse comprometido a desarrollarlos en 2017. Y, lamentablemente, sabemos que el estigma y la discriminación que todavía existen en torno a la demencia hacen que muchas personas sigan sin acudir a un diagnóstico, lo que excluye a millones de personas de todo el mundo de un tratamiento y un apoyo vitales», ha dicho.
Por su parte, la presidenta de la Confederación Española de Alzheimer (CEAFA), Mariló Almagro Cabrera, ha comentado que ante el aumento de la prevalencia de las demencias es necesario que existan respuestas adecuadas de los distintos sistemas de protección social (sanitario y social) para las personas afectadas por la enfermedad (paciente y familiar cuidador).
«Además de la involucración de la sociedad en la percepción de las demencias, evitando la exclusión y favoreciendo la participación de estos en la comunidad de forma activa. Así como activar soluciones que contribuyan a frenar el impacto económico y social derivado de las demencias y que permitan avanzar hacia la sostenibilidad de los sistemas de protección social, así como disponer de metodologías, herramientas y dispositivos de información que nos den luz sobre la dimensión y situación de las personas con Alzheimer«, ha detallado.
Por su parte, Barbarino ha añadido que los gobiernos de todo el mundo tienen las herramientas a su disposición para mitigar esta crisis de salud pública y proporcionar el apoyo necesario a quienes viven con demencia, sin embargo, «muchos gobiernos todavía se niegan a actuar».