El diseño de las ciudades influye en el bienestar físico, mental y social de las comunidades de todo el mundo, según un informe elaborado por la Organización Mundial de la Salud en Europa (OMS Europa), en colaboración con la agencia de diseño Gehl.
En concreto, el documento examina las formas de promover la actividad física y las dietas saludables en los entornos urbanos, situando así la salud y el bienestar en el centro de la planificación urbana.
Tal y como recuerdan desde la OMS, las enfermedades no transmisibles son «una de las principales causas de muerte y discapacidad en todo el mundo». De hecho, los estudios sanitarios indican que el 23 por ciento de las muertes mundiales y el 26 por ciento de las muertes de niños menores de cinco años se deben a factores ambientales modificables. Encabezan esta lista los accidentes cerebrovasculares, las cardiopatías isquémicas, la diarrea y los cánceres.
Así, para convertir las ciudades en lugares saludables, un aspecto «clave», según la OMS, es el diseño del entorno urbano, que puede fomentar comportamientos más saludables en las ciudades, al igual que unas políticas sólidas que tiren en la misma dirección en todos los sectores.
Los huertos urbanos, que acogen un mercado de agricultores los fines de semana, se basan en la idea de conectar a los ciudadanos locales con la naturaleza
MEJORAR LOS ENTORNOS ALIMENTARIOS URBANOS
Así las cosas, el informe de la OMS propone que, en lugar de limitarse a educar a la gente sobre cómo elegir mejor los alimentos y sobre los beneficios de la actividad física, las ciudades «pueden aplicar estrategias para que esas sean las opciones más fáciles».
En Dinamarca, por ejemplo, los alimentos frescos que normalmente se desperdician en los supermercados se recogen y se convierten en platos preparados. «Un vendedor en una bicicleta de carga lleva las comidas a los centros de tránsito, donde se venden como alternativa a los alimentos poco saludables que allí se ofrecen. El entorno urbano se utiliza para convertir la opción saludable en la fácil«, explican en el informe.
Otra intervención que sitúa la comida en el centro de su proyecto de espacio público es la creación de un nuevo huerto en Lisboa (Portugal). Los huertos urbanos, que acogen un mercado de agricultores los fines de semana, se basan en la idea de conectar a los ciudadanos locales con la naturaleza, al tiempo que enseñan a los niños a cultivar verduras y destacan la importancia de consumir productos locales y mantener una dieta saludable.
HERRAMIENTAS PARA CIUDADES MÁS SANAS
Para la OMS, «es necesario establecer conexiones entre los sectores sanitario, económico, social, político y medioambiental a nivel local, regional y nacional».
Tal y como recuerdan, un estudio destacó cómo algunos lugares de comida, que son importantes para las comunidades, no son reconocidos por los responsables políticos, mientras que otros siguen siendo inaccesibles para ciertos grupos. «Una comprensión más holística del sistema alimentario y de su relación con la salud y el entorno urbano permite tomar decisiones más eficaces para hacer frente a esos obstáculos», apuntan desde la OMS.
Existen varias herramientas que facilitan este objetivo mediante la recopilación de datos que muestran cómo se mueven las personas por una ciudad. De hecho, una herramienta emergente de mapeo de activos alimentarios puede medir los activos alimentarios de una ciudad e identificar las infraestructuras alimentarias locales que pueden mejorar la seguridad alimentaria.
Otros conjuntos de datos analizan diferentes aspectos del entorno construido, como la contaminación del aire, la calidad de los espacios verdes y las condiciones de seguridad. Las ciudades pueden utilizar esta información para fomentar el movimiento y la elección de alimentos saludables.
Según la OMS, proporcionar acceso a alimentos saludables y estilos de vida activos tiene «profundos efectos» en el bienestar físico, mental y social de las comunidades de todo el mundo. Las herramientas y los ejemplos del informe destacan los tipos de acciones que los responsables políticos y los planificadores urbanos pueden utilizar como inspiración para repensar y mejorar sus ciudades.