Un nuevo estudio ha descubierto que los escáneres cerebrales tomados durante la vida de los atletas que practican deportes de contacto, comparados con los cambios en sus cerebros en la autopsia, han mostrado que las hiperintensidades de la materia blanca estaban asociadas a cambios neuropatológicos.
Ciertos marcadores de lesiones en la materia blanca del cerebro, denominados hiperintensidades de materia blanca, pueden verse en los escáneres cerebrales.
Las hiperintensidades de la materia blanca en la resonancia magnética pueden ser, en efecto, una herramienta eficaz para estudiar los efectos de los impactos repetitivos en la cabeza sobre la materia blanca del cerebro mientras el deportista sigue vivo».
La investigación, publicada online de ‘Neurology‘, la revista médica de la Academia Americana de Neurología, también ha descubierto que las hiperintensidades de la sustancia blanca eran más comunes en los atletas que practicaban deportes de contacto durante más tiempo o que tenían más impactos en la cabeza durante sus carreras.
Las hiperintensidades de la sustancia blanca son áreas que aparecen brillantes en las exploraciones de resonancia magnética (MRI) y son comunes en las personas a medida que envejecen y con condiciones médicas como la presión arterial alta.
«Nuestros resultados son emocionantes porque muestran que las hiperintensidades de la materia blanca podrían captar el daño a largo plazo en el cerebro de las personas que tienen un historial de impactos repetitivos en la cabeza –explica el autor del estudio, Michael Alosco, PhD, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston (Estados Unidos)–. Las hiperintensidades de la materia blanca en la resonancia magnética pueden ser, en efecto, una herramienta eficaz para estudiar los efectos de los impactos repetitivos en la cabeza sobre la materia blanca del cerebro mientras el deportista sigue vivo».
Las autopsias mostraron el 71%, tenían encefalopatía traumática crónica (ETC).
En el estudio participaron 75 personas que estuvieron expuestas a impactos repetitivos en la cabeza y que habían manifestado síntomas. Entre ellos había 67 jugadores de fútbol americano y otros ocho deportistas de deportes de contacto, como el fútbol y el boxeo, o veteranos militares. De los futbolistas, que jugaron una media de 12 años, 16 eran profesionales y 11 semiprofesionales.
Todos donaron sus cerebros a la investigación después de su muerte para avanzar en la investigación de los efectos a largo plazo de los impactos repetitivos en la cabeza. Los investigadores examinaron los historiales médicos, incluidos los escaneos que se hicieron mientras los atletas estaban vivos. Los participantes se sometieron a escáneres cerebrales, de media, a los 62 años. La edad media de los atletas en el momento de la muerte era de 67 años.
Se consideró que el 64% de los participantes tenía demencia antes de morir. Esto se determinó mediante una discusión con sus seres queridos. Las autopsias mostraron que 53 personas, o el 71%, tenían encefalopatía traumática crónica (ETC).
Qué es la encefalopatía traumática crónica
La encefalopatía traumática crónica es una enfermedad neurodegenerativa asociada a los impactos repetitivos en la cabeza, incluidos los del fútbol, que puede evolucionar hacia la demencia.
Tras examinar los escáneres cerebrales, los investigadores descubrieron que por cada unidad de diferencia en el volumen de hiperintensidad de la sustancia blanca, había aproximadamente el doble de probabilidades de tener una enfermedad más grave de los vasos pequeños y otros indicadores de daños en la sustancia blanca, así como el triple de probabilidades de tener una acumulación más grave de tau en el lóbulo frontal del cerebro.
La acumulación de proteína tau en el cerebro es un biomarcador de enfermedades cerebrales progresivas como la enfermedad de Alzheimer y la ETC. Los investigadores también descubrieron que una mayor cantidad de hiperintensidades en la materia blanca estaba asociada a un mayor número de años jugando al fútbol.
En lo que respecta a la realización de tareas cotidianas, una mayor cantidad de hiperintensidades de la sustancia blanca se asociaba a puntuaciones más altas en un cuestionario sobre la realización de tareas cotidianas que rellenaban los cuidadores de los donantes de cerebro.
«El estudio tiene limitaciones importantes, y necesitamos más investigación para determinar los factores de riesgo y las causas únicas de estas lesiones cerebrales en personas con un historial de impactos repetitivos en la cabeza», señala Alosco.