El dolor y la fatiga, junto con los trastornos sensoriales, motores y cognitivos, son los principales efectos secundarios de los agentes basados en el platino que se utilizan en los tratamientos de quimioterapia en todo el mundo.
Un nuevo estudio realizado por investigadores de Georgia Tech (Estados Unidos) ha encontrado una nueva vía para entender por qué se producen los efectos secundarios en los pacientes de cáncer que se someten a quimioterapia y por qué los científicos deben centrarse en todos los posibles procesos neuronales que llevan los problemas sensoriales o motores al cerebro del paciente, incluido el sistema nervioso central, y no sólo en la «degeneración periférica de las neuronas sensoriales» que se produce lejos del centro del cuerpo.
«Las discapacidades sensoriomotoras de larga duración y posiblemente otras inducidas por el tratamiento del cáncer son el resultado de defectos neuronales independientes compuestos tanto en el sistema nervioso periférico como en el central»
Los nuevos hallazgos, publicados en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS)‘, podrían repercutir en el desarrollo de tratamientos eficaces que aún no están disponibles para restaurar las capacidades normales de un paciente para recibir y procesar la información sensorial como parte del tratamiento posterior al cáncer, en particular.
«Sin duda, la quimioterapia influye negativamente en el sistema nervioso periférico, que suele considerarse el principal responsable de los trastornos neurológicos durante el tratamiento del cáncer«, comparte Housley. Sin embargo, dice, para que el sistema nervioso funcione normalmente, tanto el sistema nervioso periférico como el central deben cooperar. Esto ocurre a través de la comunicación sináptica entre las neuronas. Mediante una elegante serie de estudios, demostramos que esos núcleos de comunicación en el sistema nervioso central también son vulnerables a los efectos adversos del tratamiento del cáncer. Reconocer los numerosos lugares de todo el sistema nervioso que tenemos que tratar si queremos solucionar las consecuencias neurológicas del tratamiento del cáncer, porque corregir cualquiera de ellos puede no ser suficiente para mejorar la función y la calidad de vida del ser humano«, explica uno de los líderes del estudio, Nick Housley.
Estas discapacidades siguen sin mitigarse clínicamente y sin explicarse empíricamente, ya que la investigación se concentra en la degeneración periférica de las neuronas sensoriales, mientras se subestima la posible implicación de los procesos neuronales dentro del sistema nervioso central.
Este estudio demuestra defectos funcionales en las propiedades fundamentales del procesamiento de la información localizados en el sistema nervioso central, y concluye que «las discapacidades sensoriomotoras de larga duración y posiblemente otras inducidas por el tratamiento del cáncer son el resultado de defectos neuronales independientes compuestos tanto en el sistema nervioso periférico como en el central».