El 30 por ciento de los pacientes que acuden a las consultas de Atención Primaria (AP) presenta síntomas o enfermedades respiratorias, por lo tanto, es necesario que los médicos de familia estén familiarizados y actualicen sus conocimientos en estas patologías
Según ha asegurado la Sociedad Español de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
Con el objetivo de conocer las últimas actualizaciones y novedades de las guías de asma y EPOC, un centenar de médicos se ha dado cita el pasado viernes, en el Palacio de Colomina de Valencia, con motivo de la VI Jornada de Patología Respiratoria organizada por la Sociedad Valenciana de Médicos Generales y de Familia.
Los médicos inscritos han rotado por cuatro talleres dedicados a estas dos enfermedades. En concreto, el titulado ‘Caleidoscopio del tratamiento de la EPOC’ ha sido impartido por el doctor José Miguel Valero Pérez; el taller sobre las comorbilidades y rasgos tratables de la EPOC fue a cargo del doctor Mario Bárcena Camaño; mientras que la comorbilidades del asma corrieron a cargo del Dr. Fernando Albiñana Fernández y el taller titulado ‘Herramienta de control del asma’ por el doctor Manuel Niño Camacho.
Según se ha puesto de manifiesto en el evento, la EPOC es una enfermedad que presenta una alta prevalencia en la población española (11,8%) y una elevada tasa de infradiagnóstico (74,7%) según datos del estudio Episcan II. Además, el diagnóstico es complicado porque debe de realizarse una espirometría con prueba broncodilatadora, que a veces resulta complicada para que los pacientes la realicen adecuadamente.
«Es importante llegar en fases tempranas de la enfermedad porque es cuando realmente podemos hacer mucho más por nuestros pacientes a la hora de preservar su función pulmonar, la calidad de vida, motivación para dejar de fumar y realizar intervenciones precoces en exacerbaciones», han reconocido los expertos sobre la necesidad de un cribado en patologías respiratorias.
Para conseguirlo, indica SEMG, los médicos tienen a su disposición herramientas para el cribado en pacientes con hábito tabáquico, como es el dispositivo COPD-6 y COPD-PS. Igualmente, existe una serie de barreras en el diagnóstico por parte del paciente como, por ejemplo, el escaso conocimiento de la enfermedad, el miedo a otros diagnósticos, excusa o adaptación a los síntomas; así como otros obstáculos a nivel profesional, como son el escaso tiempo en la consulta o los problemas con la espirometría.