HOGAR SÍ y Fundación MAAS, organizaciones que trabajan en alianza en el marco del proyecto de viviendas para la recuperación de la salud, denominado ‘Asun Almajano’, han informado de que cuando las personas en situación de sinhogarismo y enfermas se adhieren a su trabajo se logra un ahorro de 34.556 euros por persona al año al Sistema Nacional de Salud (SNS).
Así lo han evidenciado los resultados de la evaluación sobre este proyecto que se desarrolla en la Comunidad de Madrid, Andalucía y Murcia, en la que ha participado un equipo de la Universidad de Murcia, y que han sido presentados en el marco del ‘I Foro Sinhogarismo y salud: Claves para garantizar el derecho a la salud’, organizado en el Senado.
«Hemos obtenido resultados muy positivos con este proyecto tanto en la calidad de vida de las personas que atendemos, y que están sufriendo la situación de sinhogarismo y algún tipo de enfermedad, y los ahorros que supone para el sistema sanitario«, ha comentado la presidenta de HOGAR SÍ, Marian Juste.
Se trata de un servicio basado en la vivienda que promueve la mejora integral de las personas en situación de sinhogarismo en proceso de convalecencia o con enfermedades crónicas. De hecho, el 71,9 por ciento de las personas que entran al programa lo hacen por una convalecencia y el 24,6 por ciento por una enfermedad crónica.
El coste medio de una plaza en este recurso es de 27.000 euros al año, se está ante un recurso que «no solo ofrece un servicio necesario y que ofrece unos buenos resultados, sino que además compensa sobradamente la inversión realizada en él»
En este sentido, la primera evaluación ha evidenciado las mejoras en las personas en situación de sinhogarismo que han accedido al programa para pasar su proceso de convalecencia. De forma general, el trabajo ha puesto de manifiesto que las personas que viven sus procesos en estas viviendas muestran unos resultados positivos.
Así, las personas que completan con éxito su estancia en el proyecto permanecen en el mismo una media de 8 meses, mostrando mejoras en áreas como la reducción de su dependencia para las actividades básicas de la vida diaria (descendiendo del 60% que mostraban alguna dependencia a la entrada, al 25% a la salida) o la gestión de su medicación (pasando de un 55,2% de personas que eran autónomas con su medicación a la entrada, a un 72,2% a la salida).
También se han registrado mejoras en el deterioro cognitivo de las personas y los indicadores de salud mental de las personas participantes. Uno de los factores aparejados a esto, es la percepción de seguridad que tienen las personas participantes en el programa, alcanzando una puntuación de 4,6 sobre 5, así como la disminución de las 2 cifras de victimización que presentan las personas participantes a la salida del programa respecto a su comienzo, pasando de 66,7 por ciento que presentaban algún tipo de victimización a un 37,5 por ciento.
Respecto a la situación residencial de las personas, se ha observado que el 46,4 por ciento al entrar al programa no contaba con un techo reduciéndose al 8,9 por ciento al salir de su convalecencia. Paralelamente, una de cada tres personas sale del programa a una vivienda normalizada.
De acuerdo con los datos de la evaluación realizada por un equipo de la Universidad de Murcia, el ahorro bruto por usuario y año que genera el programa es de 34.556 euros. La evaluación compara los datos reales de gasto sanitario de las personas, antes y durante su estancia en el recurso, y demuestra que se producen descensos significativos en las visitas a urgencias, las pruebas diagnósticas, así como los ingresos y estancias hospitalarias.
Por el contrario, aumenta el uso de la Atención Primaria y el uso de medicamentos, lo que es un indicador de un acceso normalizado a los servicios sanitarios y de un mejor control de las patologías. Desde ambas organizaciones han destacado también el ahorro en términos de coste de oportunidad que produce el programa, ya que cada plaza que se consigue liberar en recursos hospitalarios gracias a este recurso puede utilizarse para atender otras necesidades.
Dado que el coste medio de una plaza en este recurso es de 27.000 euros al año, se está ante un recurso que «no solo ofrece un servicio necesario y que ofrece unos buenos resultados, sino que además compensa sobradamente la inversión realizada en él».