El epidemiólogo Pedro Gullón ha destacado el «enorme» impacto de la política en la salud de la población durante la primera jornada de la Escuela de Salud Pública de Menorca, que aborda el impacto de las desigualdades sociales en la salud.
En concreto, ha explicado que existen medidas políticas poco relacionadas con el sistema sanitario, como las políticas de vivienda, de empleo o urbanísticas, que tiene un gran impacto en la salud de las personas, aumentando o reduciendo las diferencias sociales en función de cómo se planifiquen.
«Nuestra posición social determina qué podemos hacer ante la salud»
«En los últimos años ha habido un importante movimiento de profesionales de la salud pública y la atención primaria para reducir el impacto de las diferencias sociales desde el propio sistema sanitario«, ha subrayado.
Sin embargo, ha señalado que «la mayoría de ellas se generan antes de llegar a la consulta del médico, por lo que la perspectiva comunitaria se afianza como una manera de que los profesionales sanitarios colaboren para paliar esta situación de desigualdad».
«La evidencia científica demuestra que las desigualdades sociales afectan a la salud de manera directa y tienen mayor peso en la mortalidad y morbilidad que otros factores de riesgo. Las condiciones en las que vivimos afectan a cómo vivimos, ha dicho Pedro Gullón, epidemiólogo y uno de los coordinadores del curso ‘Desigualdades sociales en salud‘.
En este sentido, ha añadido que «nuestra posición social determina qué podemos hacer ante la salud». No podemos creer que una persona en situación precaria, con varios trabajos y horarios cambiantes, tiene la misma facilidad para preparar una dieta saludable, o para realizar la suficiente actividad física, que otras personas en una situación más acomodada», ha considerado.
Gullón ha explicado que durante el curso se analizarán los mecanismos existentes para evaluar estas desigualdades, estudiando la prevalencia de determinadas enfermedades en función del grupo social, la raza o el género.
Según ha remarcado, «aunque las mujeres tienen una esperanza de vida mayor que los hombres, suelen vivir menos años con un buen estado de salud; otro colectivo vulnerable es el de las personas racializadas, que suelen tener unas condiciones de vida más precarias y, por tanto, un peor estado de salud que el resto de la población».
A pesar de que España cuenta con un sistema sanitario universal y gratuito, que reduce las diferencias en el acceso a los recursos de salud, queda trabajo por hacer, según Gullón. «Hay prestaciones que son muy necesarias, como la salud bucodental o la mental, que no están cubiertas o están infracubiertas teniendo en cuenta la demanda existente».
De este modo, ha indicado que esto motiva que las personas con más recursos gocen de un mayor acceso al sistema sanitario, cuando no siempre son las que más necesidades en salud tienen.
«Es lo que se conoce como ley de cuidados inversos, es decir, destinar más cantidad de recursos sanitarios a quienes menos lo necesitan por sus condiciones económicas», ha dicho el epidemiólogo, quien ha considerado que el sistema sanitario público necesita de políticas universalistas que tengan en cuenta las particularidades de los diferentes grupos sociales y las diferentes vertientes de la desigualdad.
La XXXIII edición de la Escuela de Salud Pública de Menorca ha arrancado este lunes con la celebración de cinco cursos y un encuentro, y se prolongará hasta el próximo miércoles 28 de septiembre.