El marcapasos sin cables se está convirtiendo en una opción cada vez más demandada por cardiólogos ya que, en comparación con el dispositivo convencional, el inalámbrico presenta menos complicaciones y mejora la experiencia del paciente
Según los doctores Juan Pablo Canepa, jefe de servicio de Cardiología, e Ignasi Anguera, jefe de la Unidad de Arritmias del Hospital Sanitas CIMA de Barcelona.
En concreto, el resultado es un menor número de complicaciones en las intervenciones realizadas, principalmente infecciones, y una percepción positiva del paciente, que apenas recae en que lleva implantado un dispositivo miniaturizado y sin cable alguno.
«Estamos ante una auténtica revolución, hacía décadas quue no disponíamos de un avance de magnitud tan importante»
Qué es un marcapasos
El marcapasos es un sistema de estimulación que marca el paso al corazón. Hasta ahora, se había venido implantando mediante un procedimiento invasivo, con una incisión por debajo de la clavícula del paciente para acceder a su sistema venoso mediante una punción, llegando así a la vena subclavia y de ahí directo al corazón.
Esta operación se hacía con cables y no estaba exenta de complicaciones y riesgos yatrogénicos. Sin embargo, «el marcapasos sin cable está especialmente indicado para las arritmias lentas, conocidas también como bradicardias», explica el doctor Canepa.
Por ello, el doctor Anguera recuerda que la implantación de un marcapasos sin cables solo es posible cuando se tiene una experiencia dilatada en marcapasos convencionales. «Es un dispositivo más complejo, que se implanta por un sistema de vainas, por el que se accede al corazón. El manejo de estos catéteres requiere de una habilidad técnica importante», expresa.
Además, recuerda que la empresa que fabrica el dispositivo exige que el facultativo se haya acreditado con un volumen previo de operaciones, y haya superado test y certificaciones, para asegurar el éxito de la intervención».
«Estamos ante una auténtica revolución», sostiene el doctor Anguera. «Pensemos solo en el ámbito estético y en pacientes jóvenes que, gracias al marcapasos sin cables, no les queda cicatriz alguna ni relieve o bulto que les identifique como portador de un dispositivo de estas características», expresa, para añadir que «hacía décadas que no disponíamos de un avance de magnitud tan importante».
Con todas las funcionalidades del convencional, el marcapasos sin cables tiene la forma de una cápsula de no más de un centímetro cúbico de volumen y dos gramos de peso, que se ancla en el endocardio. Varios estudios clínicos, de carácter multicéntrico, han venido demostrando su fiabilidad y utilidad y, de hecho, lo han convertido en la punta de lanza de una nueva era en la estimulación cardiaca.
«Según vayan apareciendo nuevas opciones de estimulación, el marcapasos sin cable podrá implantarse con más frecuencia. Al principio, la estimulación que generaba era unicameral, es decir, alcanzaba a una sola cámara del corazón. Ya hay disponible un nivel bicameral, que llega a dos cámaras, y estaría previsto desarrollar un nivel tricameral. Este desarrollo seguro que permite consolidar y generalizar una técnica que ya no tenemos dudas de que es muy poco invasiva, eficaz y segura».