Cada invierno más de 10 millones de personas contraen la gripe

Parecía que este año nos íbamos a librar, las buenas temperaturas hacían barruntar una estacionalidad leve, pero una vez llegado el frío, el virus influenza, causante de la gripe está campando por sus respetos y haciendo estragos en nuestro país, especialmente en algunas Comunidades Autónomas donde se tacha ya este momento como de epidemia, debido al número de casos contabilizados por cada cien mil habitantes.

La gripe no es un proceso banal como podrían pensar algunos, y a veces se piensa así porque confundimos los síntomas del catarro común, que también es de naturaleza vírica con los debidos a la gripe. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), «Cada invierno, más de diez millones de personas contraen la gripe. [show_more more=»Leer más» less=»Ocultar»]

Según los expertos, la pandemia más letal y conocida fue la denominada gripe española (virus A, subtipo H1N1), que duró desde 1918 a 1919 denominada así porque España era el país que publicaba más datos sobre el desastre sanitario que ocasionaba. Las estimaciones hablaban de unos 40 ó 50 millones de muertos causados por ella. Anteriormente a ella apareció la gripe rusa entre 1889 y 1890 (probablemente debida al subtipo H2N2) que provocó un millón de muertos. La gripe asiática (subtipo H2N2) de 1957 a 1958 también produjo una mortalidad que rondó el millón y medio de fallecimientos por su causa. Posteriormente la gripe de Hong Kong (H3N2) provocó también cerca de un millón de decesos entre el año 68 y el 69. En nuestros días hemos conocido brotes como la conocida y temida gripe A y rebrotes de gripe rusa y de Hong Kong en diferentes partes del planeta.

shutterstock 184667621 300x161 - Cada invierno más de 10 millones de personas contraen la gripeLa sintomatología es característica con todo el cortejo febril que conlleva cansancio, postración, dolores musculares, sensación de quebrantamiento, escalofríos, sudoración, cefalea (dolor de cabeza), fotofobia con irritación ocular, epiforia (lagrimeo) y pérdida del apetito. Junto a estos síntomas aparecen otros correspondientes a un síndrome respiratorio, faringitis, tos seca al principio (luego pasa a ser productiva), congestión nasal, rinorrea o destilación nasal, dolorimiento o escozor retroesternal e incluso dolorimiento abdominal, especialmente en niños.

El tratamiento normalmente suele ser sintomático a base de analgésicos y antipiréticos para la fiebre, mucolíticos para fluidificar el moco de las vías respiratorias. Hay antivirales frente a la infección, pero se utilizan en casos determinados, muy concretos y a criterio del especialista. Además de todo ello, las recomendaciones para una persona afectada de gripe van desde el reposo, la ingesta abundante de líquidos o evitar el consumo de alcohol y del tabaco, hasta extremar las medidas de higiene.

Un aspecto que adquiere especial relevancia es la prevención, de todos es conocido que la gripe cada año tiene su vacuna que contiene los serotipos de virus más probables en relación con la estacionalidad. Está especialmente indicada en personas de especial riesgo (mayores de 60 años, menores de 5 años, inmunodeprimidos – diabetes, sida, trasplantados, etc. -, pacientes con enfermedad grave previa especialmente respiratoria (enfisema, bronquitis, EPOC, etc) o cardiaca (infarto de miocardio, valvulopatías, arritmias, insuficiencia cardiaca, etc.) y en aquellos que por su profesión puedan precisarlo (individuos que trabajan en áreas de servicios sociales como médicos, personal de enfermería, auxiliares de clínica, personal docente, bomberos y militares entre otros).

Las personas que padecen gripe pueden propagar la infección en su entorno, especialmente a lo largo del segundo y tercer día tras haberla contraído y su capacidad infectiva se prolonga durante unos diez días. Por ello y como la gripe se contagia a través de las gotas emitidas en forma de aerosol con la tos, el estornudo e incluso con el habla, así como a través del contacto con superficies contaminadas, es de especial importancia recomendar a la población que se cubra la cara cuando tosan o estornuden, y que extremen las medidas de higiene, prestando especial atención al lavado frecuente de las manos y desinfección de las superficies y utensilios comunes con los que han estado en contacto. [/show_more]