Espondiloartritis axial: claves para mejorar calidad de vida

El ‘Atlas de Espondiloartritis Axial en España 2017: radiografía de la enfermedad’ pone de manifiesto la importancia de las terapias rehabilitadoras y la actividad física en la recuperación de las personas con espondiloatritis axial (EspA-ax).

Una enfermedad inflamatoria crónica que afecta a la columna vertebral y a las articulaciones sacroilíacas, y que suele deteriorar progresivamente la calidad de vida al limitar la movilidad de los pacientes.

 

Elaborado por la Coordinadora Española de Asociaciones de Espondiloartritis (CEADE), la Universidad de Sevilla y el Instituto Max Weber, con la colaboración de la Sociedad Española de Reumatología (SER – grupo GRESSER-) y de Novartis, el estudio ha demostrado que la realización regular de ejercicio en pacientes con Espondiloartritis Axial (EspA-Ax) mejora de forma significativa el dolor, la actividad de la enfermedad, la situación funcional, la depresión, el sueño y la fatiga. Asimismo, puede prevenir el desarrollo de deformidades.

Espondiloartritis Axial: qué es

La Espondiloartritis Axial se manifiesta principalmente a nivel articular, con lumbalgia crónica, rigidez y, en ocasiones, artritis, y a nivel extraarticular con Psoriasis, inflamación ocular y/ o afectación del tubo digestivo.

Síntomas

El dolor lumbar producido por la inflamación recibe el nombre de dolor lumbar inflamatorio. Se trata de un dolor lumbar crónico de más de 3 meses de evolución en pacientes jóvenes,  que aparece cuando el paciente permanece en reposo, y mejora con la actividad física.

Este tipo de dolor lumbar se caracteriza por un comienzo lento y progresivo y suele cursar con rigidez o dolor lumbar matutino de más de 30 minutos, que puede irradiar a las nalgas de forma simétrica o alternando a uno y otro lado.

Se trata de un dolor de inicio insidioso que mejora con el ejercicio físico y con la toma de antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y que, además, suele cursar alternando periodos de empeoramiento y mejoría.

La edad más frecuente de comienzo del dolor lumbar inflamatorio oscila entre los 20 y los 30 años y suele ser el primer síntoma de la Espondiloartritis Axial (en el 75% de los casos), motivo por el cual se trata de un elemento clave para un diagnóstico temprano, según apuntan desde la web Espondilopedia.es.

Por otra parte, también puede haber dolor en el cuello y en la zona de la columna dorsal de características inflamatorias.

También el dolor sacroilíaco inflamatorio es una de las presentaciones características de la Espondiloartritis Axial en sus inicios.

Espondiloartritis axial: síntomas extraarticulares

Además de los síntomas articulares ya vistos, la Espondiloartritis Axial puede afectar a otras partes del cuerpo siendo la piel, los ojos y los problemas neurológicos algunas de sus afectaciones más habituales.

Entre los síntomas de la piel encontramos la psoriasis y otras formas menos frecuentes, como el eritema nodoso o el pioderma gangrenoso.

La psoriasis es una enfermedad autoinmune de la piel, que produce enrojecimiento y descamación, de evolución crónica y recidivante, es decir, que tiende a reaparecer tras períodos de remisión.

A nivel neurológico también se pueden producir complicaciones aunque son menos frecuentes. Estas se pueden producir tras una fractura de la columna anquilosada o por afectación cervical , además de por una subluxación cervical, definida como un desplazamiento anterior a la vértebra cervical primera sobre la vértebra cervical segunda producida por una inflamación crónica articular cervical a ese nivel, explican desde Espondilopedia.es

La uveítis es una inflamación que se produce en algunas partes del ojo de manera relativamente frecuente, causando dolor y enrojecimiento del ojo. Esta afectación puede cursar con alteración de la visión y precisa de la atención urgente del oftalmólogo. Es el síntoma de Espondiloartritis Axial extraarticular más frecuente, ya que se da en el 25-40% de los pacientes.

También los riñones, aunque no es muy habitual, pueden verse afectados debido a la propia enfermedad o algunos tratamientos para el control de la misma.

El Atlas de la Espondiloartritis Axial: colaboración con Novartis 

La práctica regular de ejercicio en pacientes con Espondiloartristis Axial, mejora de forma significativa el dolor, la actividad de la enfermedad, la situación funcional, la depresión, el sueño y la fatiga. Asimismo, puede prevenir el desarrollo de deformidades, según el «Atlas de la Espondiloartritis Axial: radiografía de la enfermedad», realizado por la Coordinadora Española de Asociaciones de Espondiloartritis (CEADE),  la Universidad de Sevilla y el Instituto Max Weber, con la colaboración de la Sociedad Española de Reumatología (SER – grupo GRESSER-) y de Novartis. 

Junto con el tratamiento farmacológico, las actividades rehabilitadoras son consideradas una parte importante de la terapia en EspA-ax, pero no todos los deportes resultan beneficiosos para los pacientes, y por ese motivo es necesario identificar los más adecuados. Así, actividades como el fútbol o el boxeo, propensas a las lesiones, deben ser evitadas. En cambio, se recomiendan los ejercicios que fomentan una buena postura, así como extender y girar el tronco, como el pilates o la natación.

«Los tratamientos no farmacológicos más realizados y más recomendables son los ejercicios de estiramiento, fisioterapia, natación, pilates, meditación y yoga»

Los tratamientos no farmacológicos más realizados por las personas con Espondiloartritis Axial, son los ejercicios de estiramiento, la fisioterapia, la natación, la gimnasia de mantenimiento, el pilates, la meditación y el yoga, entre otros. Asimismo, el Atlas recoge que el porcentaje de población con Espondiloartritis  Axial, que realiza tratamientos complementarios (acupuntura 6,1% y homeopatía 3,0%) es mucho mayor que en el caso de la población general (0,9% 1,5%, respectivamente).

El informe pone de manifiesto que un tercio de los pacientes con EspA-ax ha realizado alguna visita al fisioterapeuta en el último año. De esta cantidad, el 38,4% son mujeres, frente al 28,2% de hombres. Teniendo en cuenta la edad de los pacientes, se observa que hasta el 47,3% de los jóvenes de entre 16 y 25 años han visitado al fisioterapeuta al menos una vez en los últimos doce meses, en contraposición al 20% de los mayores de 65 años.

El mayor inconveniente al que se enfrentan las personas con EspA-ax es que la mayoría de estos tratamientos complementarios o terapias rehabilitadoras no están cubiertas por la sanidad pública y, en la mayoría de las ocasiones, tampoco por los seguros privados, por lo que el paciente debe pagarlos de su bolsillo, realizando un gasto medio de 115 euros mensuales.

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